lunes, 26 de abril de 2021

Conversación con mi traumatólogo

 

YO: Doctor, hace seis días, haciendo gimnasia, me puse de rodillas y noté un bulto en la rodilla. 
DOCTOR. Eso es una bursitis. ¿Ha hecho usted un esfuerzo fuerte con la rodilla o se ha dado algún golpe? 
YO. El domingo estuve rezando arrodillado. 
DOCTOR. Haga usted como nuestras abuelas, que se llevaban una almohadilla para rezar. 
YO. El caso es que el reclinatorio estaba almohadillado. 
DOCTOR. Le recomiendo que rece usted de pie o sentado. ¿No es Dios nuestro amigo? Pues con un amigo puede estar uno tumbado o sentando tomándose un vinito. 
YO. Tiene usted razón. 
DOCTOR. Cuando vaya usted a rezar, dígale usted las cosas malas que ha hecho, pero ¡también las buenas! Para que Él las ponga en la balanza. 
YO. Sí, a ver si me oye. 
DOCTOR. Claro que sí. No tenga usted la menor duda. Y aquí tiene: hágase una ecografía en la clínica Santa Isabel y vuelva a ver qué le ha pasado en la rodilla. 

Y esa ha sido la receta: rezar sentado y una ecografía.

sábado, 17 de abril de 2021

Homo mysticus

Nuntio vobis gaudium magnum: habeo novum librum! 
Aquí, en este enlace, para quien guste, en la editorial Cypress, y con portada de Alejandra Cotta. Y aquí, en la Casa del Libro, y en cualquier librería.

De mis tres libros de aforismos creo que es este del que estoy más orgulloso. Todo lo que soy, siento, hago, digo y quiero está en esos aforismos. ¿Y a dónde apuntan todos? A la idea, que considero luminosa, según la cual la realidad consta de lo visible y lo invisible, y el hombre es la encrucijada entre ambas formas de existencia, porque él participa de ellas dos, es más, es el único ser que está bella y armónicamente constituido por ellas dos y de modo tan inseparable, que no es posible concebirlo (al menos, yo no puedo) si no es como ese maravilloso híbrido entre, por un lado, la terquedad y dinamismo de la materia que me compone, como compone al cosmos y, por otro, la certeza, por no decir evidencia, de que soy algo más que esa materia, algo que me convierte en alguien y me sube a la cumbre de todas las cosas para apelar a Alguien. 

Desde ese punto de vista es como están tratados en este librito temas como el amor, la poesía, la niñez, el universo... He aquí un ramillete. 

Decidme, elementos de la tabla periódica: ¿cómo os juntáis para que os salga un tigre? 

 Los niños cuando echan a andar le hacen cosquillas a la Tierra. 

Los ángeles nos salva de la muerte todas las veces, menos la última. 

Solo el hombre es mortal. Lo demás no tiene ni idea. 

El premio a la secuoya más alta es una nube que siempre está a un palmo de su copa.

lunes, 12 de abril de 2021

Los números en latín y en burdún

 

Pues he aquí que ya tengo comprobado que esta clase a mis alumnos les encanta. Les digo que les voy a enseñar los números en latín, del uno al diez; pero pongo junto a la lista del latín la traducción en español y en las lenguas que sé que conocen: inglés y francés.

Luego añado yo el griego, el alemán y el italiano. Y les pregunto qué otras lenguas conocen. Y siempre me sorprenden: japonés (esa siempre cae), catalán, rumano, árabe, una vez incluso armenio... Y, para hacer la gracia, añado otra lista para una lengua que nos vamos a inventar. Esta última vez la lengua inventada ha recibido la denominación de burdún. 

Y cada vez que completo en todos los idiomas cómo se dice un número, invito a un alumno a inventarse una palabra para el burdún, y normalmente las palabras escogidas son la mar de impropias o feas: chungobongo, tete, satepín, etc... 

Luego decimos de corrido todos los números adoptando una pose distinta para cada lengua (en francés, por ejemplo, hay que pronunciarlos sacando el meñique, y en italiano juntando las puntas de los dedos como si dijéramos "mamma mía"). Y por último hacemos una especie de votación eurovisiva para ver cuál es el idioma que más les ha gustado. ¡Y siempre gana el burdún!

miércoles, 7 de abril de 2021

La orfandad de Orfeo

 Acabo de terminar  este libro de aforismos y pensamientos de Antonio Rivero Taravillo, que se lee con mucho gusto. He leído con especial interés el apartado de LITERATURA, donde nos regala la experiencia de un escritor y traductor consumado.

Digo aforismos y pensamientos porque no siempre me parecen aforismos. A veces son opiniones o apuntes o fragmentos de diario. No me gustan cuando arremeten contra la necedad del mundo, el turismo, las vanidades, los comportamientos incívicos, porque claramente desentonan entre los que son verdaderos aforismos; estos son más brillantes y, de entre ellos, me quedo con los que más iluminan el mundo o señalan sus misterios con las palabras más bellas e imprevistas. He aquí algunos de los más señeros:

"Se está poniendo oscuro como si un poema fuera a descargar sobre la página".

"Disculpadme si os he dejado sin sol. Estaba recogiendo limones y no sé si se me ha ido la mano".

"Ese cuadro apoyado contra la pared tras una puerta, ¿a quién mostrará su paisaje?"

"Siempre procrastinando, pospongo y pospongo el momento de no hacer nada".

"Cuando alguien pone distancia ante ti, es que ya estaba lejos".

"De un ángel se cuenta que una vez... Bah, una vez para un ángel es siempre".

Para quien guste.



viernes, 2 de abril de 2021

A la muerte de mi compañera Leocadia Cano Fernández


Leocadia nuestra, que en el cielo estás 
antes de que sonaran tus campanas, 
tu ángel está llorando en un rincón. 
Los naranjos preguntan dónde has ido. 
La Tierra se ha quedado sin la chispa 
de la Gran Explosión en tu mirada.

¿Qué secretas misiones te confía 
el Gran Poder para quererte al lado? 
¿Cuántos astros te ha puesto en la corona? 
¿Cómo se llama tu legión de arcángeles? 

Cuando en un barco de agua y madreperla 
atraques en la Isla de los Grandes 
y asombres a los álamos Elíseos 
con tu talle, tu gracia y tus espigas, 
te sentarán al lado de Virgilio, 
te besará las manos Garcilaso, 
sabrás si Homero es uno o treinta y siete, 
habrá un duelo entre Góngora y Quevedo, 
que tus pies besarán, reconciliados. 

Ve guardándonos sitio, Leocadia, 
que allí te quieren mucho los poetas. 
Menudas fiestas vamos a montar 
contigo y con hexámetros dactílicos 
tus compañeros de la facultad. 

Hasta entonces, el mar dirá tu nombre, 
la lluvia lo abrirá sobre los lirios 
y el viento no sabrá qué anda buscando, 
serán mucho más tristes 
nuestras vueltas al Sol.