viernes, 2 de abril de 2021

A la muerte de mi compañera Leocadia Cano Fernández


Leocadia nuestra, que en el cielo estás 
antes de que sonaran tus campanas, 
tu ángel está llorando en un rincón. 
Los naranjos preguntan dónde has ido. 
La Tierra se ha quedado sin la chispa 
de la Gran Explosión en tu mirada.

¿Qué secretas misiones te confía 
el Gran Poder para quererte al lado? 
¿Cuántos astros te ha puesto en la corona? 
¿Cómo se llama tu legión de arcángeles? 

Cuando en un barco de agua y madreperla 
atraques en la Isla de los Grandes 
y asombres a los álamos Elíseos 
con tu talle, tu gracia y tus espigas, 
te sentarán al lado de Virgilio, 
te besará las manos Garcilaso, 
sabrás si Homero es uno o treinta y siete, 
habrá un duelo entre Góngora y Quevedo, 
que tus pies besarán, reconciliados. 

Ve guardándonos sitio, Leocadia, 
que allí te quieren mucho los poetas. 
Menudas fiestas vamos a montar 
contigo y con hexámetros dactílicos 
tus compañeros de la facultad. 

Hasta entonces, el mar dirá tu nombre, 
la lluvia lo abrirá sobre los lirios 
y el viento no sabrá qué anda buscando, 
serán mucho más tristes 
nuestras vueltas al Sol.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
un bello homenaje.
Se nota que ha sido importante en su vida.
Descanse en paz.
25 neutonios de consuelo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, gracias por venir usted aquí a honrar su memoria. Seguro que le han gustado mucho las flores de estas palabras. 25 neutonios hexamétricos