domingo, 14 de septiembre de 2014

El poema de la semana

Amigos, llevo cosa de un año enviando a mis amigos un poema semanal escogido casi siempre de entre poetas contemporáneos, ya estén en este mundo o en el otro.

El de este domingo he decidido colgarlo también en este cuaderno. Y ya veré si lo convierto en sección fija.

Si alguien quiere recibirlo en su correo privado, puede enviarme su dirección a la dirección de correo electrónico que figura en el perfil de este cuaderno mío.

He aquí el texto que he enviado.

Inauguro el curso con este poema que aborda la gran cuestión del origen de todo. El poeta intenta explicarlo y, durante la explicación, todo resulta comprensible, pero el final, la meta, sigue envuelta en el más absoluto de los misterios (a no ser que el último verso no sea una ironía).

Me alegro, amigos, de que, después del verano, no os hayan catasterizado y sigáis aquí pisando la tierra con vuestros pies para recibir, entre otras cosas, este poema semanal.

Día de la creación
El día de la creación no pudo ser creado directamente
Primero había que crear algo, cualquier cosa, que lo precediese
Entonces fue creada —supongamos— la trompeta de jazz
Que a su vez fue precedida por el músico
Que a su vez fue precedido por su padre y su madre jóvenes y juntos dentro de un Fiat 1930
Que a su vez fue precedido por un camino
Que a su vez fue precedido por un bosque
Que a su vez fue precedido por lo que sea que lo precedía
—la tierra, el eje, la galaxia o las enanas blancas—
La verdad es ésta: la creación sucede marcha atrás.

Así se comprende todo perfectamente.
(De Luis Arturo Guichard)

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El suicida y su ángel

Mi corazón está con el de todos los suicidas desde que de niño veía entre las fotos familiares el retrato de un hombre joven que, como me explicó mi padre, era un amigo suyo que se suicidó.

Creo que aquello me impresionó tanto porque ya por entonces oía yo una especie de voz, que no era sino una sugerencia loca, pero persistente, de mi imaginación, que, al asomarme a un barranco o al ver una soga o un cuchillo, me susurraba: "Ahora, Jesús, ahora es el momento. Fíjate qué fácil".

Por fortuna, los niños aprenden, gracias a los ángeles, a distinguir entre lo bueno de la imaginación y lo malo antes que a hablar, y el mío no solo me enseñaba eso, sino que además me apretaba contra su pecho cálido y fuerte. Lo recuerdo bien. Y siempre me salvaba.

A él el suyo no lo pudo salvar.

Qué tristeza tuvo que invadir al ángel del suicida no solo por no haberlo podido salvar de la muerte, sino sobre todo por no haberlo podido salvar de la tristeza que lo había matado por dentro antes de que el cuchillo, la soga o el barranco lo hubiera matado por fuera.

Por él enciendo hoy otra mariposa.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Mariposas encendidas

Cuando alguien va a Grecia, le encargo que me traiga mechas para mis mariposas de aceite, que cada vez es más difícil encontrar en España.

Siempre tengo una vela o una mariposa encendida en casa a la Virgen.

Me ha dicho un amigo que mis velas le están ayudando mucho. Me hace muy feliz pensar que ofrecer mi ayuda no es lo único que puedo hacer por alguien, sino que, además, puedo rezar. Eso extiende mi ayuda hasta extremos que yo ni puedo sospechar ni soñar. Con que solo exista una posibilidad entre un millón de que exista Dios y atienda a mis plegarias, vale la pena llenar mi casa de mariposas encendidas que las lleven a las manos de la Panagía, de la Toda Santa.

Si Él no me escucha, ya me escuchará Ella.


martes, 2 de septiembre de 2014

Las flores y el bombero

Hoy iba por la calle con un ramo de nardos y rosas rojas y me paró un bombero por la calle y me dijo: "¡Suerte! Que tenga usted mucha, que ya es difícil" y se despidió con esa sonrisa de complicidad entre hombres.

Y la verdad es que he tenido mucha, mucha suerte, si podemos llamar suerte a las mercedes recibidas, al amor, a la gracia.

Gracias a las flores y al bombero.

lunes, 1 de septiembre de 2014

El mejor de los placeres veraniegos

De todos los placeres del verano me quedo con este: flotar desnudo y de noche en la piscina mirando a las estrellas.

Es un placer no solo porque el agua y la desnudez se hicieron la una para la otra, sino porque en ese templo de las estrellas sobre el agua es natural y fluida la conversación con Dios.

Vengo, pues, con muchas ganas de charlar con vosotros y de contaros lo que me han contado las estrellas.

La primera es recomendaros el blog de mi hermano Daniel: Almanaque de alacranes, donde cada día colgará un punzante epigrama para despertarnos.

Un abrazo a todos