No sabemos lo que es una casa mediana, pero sí tenemos muy claro qué es una casa chica o grande. Y si nos dan a elegir, preferimos la grande. También preferimos ser altos que bajos o medianos. Habiendo espacio y vida, preferimos lo grande. Sólo en Hong Kong se aprecian los apartamentos minúsculos, pero en las llanuras de Dakota preferimos las casas grandes. Del mismo modo, si la novela es buena, preferimos que sea larga y no corta, porque así disfrutamos más y más tiempo con ella. La brevedad no añade bondad ninguna a la obra. El Quijote no sería más bueno ni más famoso por ser diez veces más breve, pero siendo un novelón tan largo, es mejor.
Sin embargo, cunden por ahí frases y tópicos contra lo grande: que si lo importante es la cualidad y no la cantidad, que si lo bueno si breve dos veces bueno, mejor chica y juguetona que no grande y torpona, que si los buenos perfumes vienen en frascos pequeños.... Pero eso es consuelo de pequeños.
3 comentarios:
Querido Jesús, perdón por la intromisión en este tema, pero no me resisto a que leas esto. He ahí a la auténtica progre.
¡Qué más da el tamaño si lo importante es el contenido! que algo sea más o menos pequeño, un libro más o menos grande, una casa más o menos hermosa, tiene poca importancia si vivimos como queremos, leemos lo que nos gusta y disfrutamos con quien queremos ¿no?
saludos
Pero si el contenido es bueno y mucho, mejor, ¿no?
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