miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tú no tienes la culpa del incendio

Tú no tienes la culpa del incendio;
es esta desnudez con perlas
y ese baño de nardo,
el nácar aurorado
de lluvias boreales,
la conjura de lirios
con espigas del sol en tus pestañas,
tu plata de pastorear delfines,
tus panteras de cósmicos contrarios.

O quizá exista un Dios aficionado
a lírica y cometas,
a amores y explosiones,
a avivar con anémonas de sangre
un fuego de caballos,
a unir quásares hasta dar contigo,
a convertirme en otro que me excede,
a herirme de mujer y de leones,
mientras me arrancan, místicas, tus palmas
tuétano, pedernal y supernovas.

Y después ¿qué sino el silencio, donde
atónitos yacemos yo y la espuma?

22 comentarios:

Juanma dijo...

"A herirme de mujer y de leones"...qué bonito, Jesús. Un poema rotundo, con palabras que brillan y tienen magia.

Un fuerte abrazo.

Benjamín dijo...

Iba a dejar aquí un poema. Pero ha crecido demasiado. Y está en soyelquesoy.lacoctelera.net Tuya es la culpa. Mía, tan solo, la gratitud.

José Miguel Ridao dijo...

Me ha gustado mucho, Jesús, especialmente la segunda estrofa, yo diría que interestrelar.

Un abrazo.

José Miguel Ridao dijo...

Fe de errata: interestelar.

Anónimo dijo...

¡Mola! Muy lírico... ¿Has leído mucho a Neruda? Saluditos.

Paloma Corrales dijo...

Me quedé atrapada entre tus versos.

Precioso.

Saludos.

Rocío Márquez dijo...

Maravilloso, sutil y bellisimo.
A unas cuantas nos tienes fascinadas esta mañana.
Enhorabuena.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Juanma, gracias. Dedicado a todos los amanttes.

Benjamín, tus poemas de la coctelera me han ayudado a escribir poemas como este. Gracias.

José Miguel, esta manía mía de mezclar amor y estrellas...

Ladrón, he leído a Neruda, pero no es de mis favoritos.

Paloma, ya me has hecho feliz para hoy.

Rocío, la culpa no es mía, sino del amor, que nos hace sentir y decir todo eso.

Olga Bernad dijo...

Esas espigas de sol en las pestañas (mi verso preferido, junto con el primero) me recuerdan a alguien...
Debe estar muy contenta;-)
Abrazos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Olga, eres un sol. Sí, está contenta.

Máster en nubes dijo...

pues sí, el Dios ese debe ser muy aficionado a todo eso ;-), qué alegría ¿no? Joe, pedazo poema, Jesús, me ha gustado mucho. Un abrazo, y ole (con permiso).

Aurora

Gloria dijo...

¡Maravilloso Jesús! No me canso de releer esas metáforas tan exquisitas que has logrado.
Un abrazo

lolo dijo...

"...un Dios aficionado
a convertirme en otro que me excede"

Y se nota.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Aurora, tenemos esa suerte. Podría haber sido un Dios ceñudo y aguafiestas, amigo de la oscuridad y la quietud, pero qué bien que sea justo lo contrario. Un beso.

Gracias, Gloria, pero la verdad es que no tengo la sensación de haberlas logrado, sino de haberlas encontrado.

Lolo, sí, creo que has dado con el verso que mejor define la sensación que el amor da de ser algo demasiado glorioso y luminoso para un mortal.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Jesús, precioso y cargado de palabras, que nos sumen en el silencio.

Un abrazo.

Julio dijo...

Lírico te veo y eso me gusta. Hermoso el poema, Jesús.

Anónimo dijo...

Vaya por Dios. ¿nunca le duele la cabeza?¿no tiene que hacer la comida?¿retirar los platos?¿poner lavavajillas?
AH! eso lo haceis entre los dos, o ¿lo haces tu? un abrazo poeta de alta imaginación y lances por llegar.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rubén, sí, a veces cuánto se agradece ese silencio. Gracias.

Julio, lírico, no sé durante cuánto tiempo.

Anónimo, recibido el abrazo y espero los lances.

Jesús Beades dijo...

¡¡poeta, poeta, poetaa!!!

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buen poema, Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Tocayo, ¡qué subidón de ego me acaba de entrar!

Javier, gracias. Un abrazo.

Rosna dijo...

Apagar ese incendio ....NUNCA ...vivir en el Fuego abrazador ...que bello poema .
Rosna