miércoles, 4 de mayo de 2011

En torno al fuego

Yo rodé con unos amigos por una ladera verde e interminable, una primavera. La falda de la montaña era blanda como una cama. La naturaleza nos ofrecía la parte más fresca y amable de su seno.

Ese mismo día alborotamos el río y nos comimos entre todos una sandía gigante. Desparramados como faunos en la linfa, nos bastaba alzar un poco la mano para comer las uvas que pendían de parras medio silvestres.

Por la noche, después de la cena, cantamos alrededor del fuego y entonces nos sobrevino una especie de locura.

Ahora entiendo por qué las tribus danzaban en torno al fuego. Nos recuerdo a todos eufóricos, a voz en grito, coreando canciones y agarrados de la mano, saltando por las llamas y gritando a las estrellas.

No recuerdo ni una sola de las canciones, pero sí que fue una locura larga y amable, una fraternidad, una comunión con las estrellas allí arriba.

Debe haber en nosotros algo atávico, algo de la época en que los ángeles creaban las estrellas lanzando bolas de fuego, algo preanimal que nos hacía en aquel momento inmortales y dichosos.

Esta noche quedáis todos convocados al fuego en la orilla del río. Allí reiremos, cantaremos y bailaremos.

Lo pasaremos bien.

16 comentarios:

Mery dijo...

Creo que vivísteis la auténtica fusión del hombre con la naturaleza, como no puede ser de otra manera. Qué felicidad mas absoluta.
Eso que olvidamos continuamente siendo tan obvio.

Un abrazo y te deseo muchos momentos com aquél.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
Dígame usted fecha, lugar y hora para plantificarme de los primericos y no perderme nada.
50 neutonios atávicos.

El alegre "opinador" dijo...

Cosas de la tribu...
Un saludo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Amigos, ya me contaréis mañana la experiencia.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
¡Uf! Estoy p'al arrastre.
Agujetas en las mandíbulas de reirme, ampollas en los pies de bailar, dolor de cabeza de todo lo que bebí...
Pero palos con gusto no duelen, jejeje.
75 neutonios festeros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, y yo no me siento las piernas. Pero ¡qué bien nos lo pasemos! Esta noche, a continuar la juerga y por eso le mando a usted 100 neutonios. ¡Y arsa!

Anónimo dijo...

cuando se vuelve a repetir, yo quisiera apuntarme, cuanto echo de menos una noche con hoguera y como techo un manto de estrellas, un abrazo

lolo dijo...

Uy, ¿pero ya ha pasado la fiesta?
Yo venía a decir: ¡qué maravilla, Jesús!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Menalcas y Lolo, esta noche la fiesta se repite. Espero veros.

Merche dijo...

¿Esta noche? Cuenta conmigo, me apunto.

Blimunda dijo...

Yo también voy, yo también voy!!!!
Y me llevaré a Siete Soles, que no sabes lo gracioso que es en estos lances de risas y fuegos.

Ahora voy a leer esta entrada otra vez, para saborear el Cotta de la Alegría, el de la celebración de la vida.

MAROCHA dijo...

Dyhego no me ha esperado, ésta noche me planto sin él y pienso pasarmelo igual de bien o mejor, ala. ¿y tu? también estarás esta noche?

Saludos.

Dyhego dijo...

MAROCHA:
A ver si coincidimos en la fiesta, nos marcamos unas joticas y damos la nota entre tanta sevillana...
Con el permiso del amo del lugar:
50 saludicos para MAROCHA y 50 neutonios para don EPIFANIO.

WWW.INFOCONTINENTAL.COM dijo...

Buen post ;) seria genial que todos compartiesemos la informacion que conocemos, el conocimiento es el camino para lograr una sociedad mejor. Gracias!

Saludos!!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Oh, amigos, qué noche gloriosa hemos vivido. Blimunda trenzó coronas de amapolas y nos ciñó las sienes. Dyhego repartió neutonios a mansalva con sus manos que parecían hechas de estrellas. Y Lolo no dejaba de escanciar en nuestras copas un vino rojo y perfumado y denso que no nos ha dejado resaca, sino más ganas de vivir. Y ¿qué me decís de la danza de las lanzas que ejecutó para nosotros Siete Soles, mientras Menalcas arrojaba con sus fuertes brazos saetas encendidas al cielo y Merche y Marocha nos trajeron en cestas de pámpanos las uvas más gordas y dulces que hayamos visto jamás. Y estoy seguro de que esta noche mágica nos ha hecho a todos más jóvenes y más fuertes. Quizá vosotros no os acordáis ya, pero me consta que varios nos vieron anoche en sueños y nos han inmortalizado en algún poema. Gracias a todos por venir, de corazón.

lolo dijo...

Gracias a ti, Cotta. Sí que fue gloriosa, sí. Y lo de los poemas no me extraña; sin ellos y sin el cielo no podríamos seguir.