jueves, 20 de marzo de 2014

Mi bienvenida a las golondrinas

Hoy comienza la primavera y quiero dar la bienvenida a las golondrinas con este poema mío de Menos la luna y yo. Las golondrinas eran muy queridas de mi padre y a él me recuerdan.

Y aprovecho para dar las gracias por los elogios del también poeta Antonio Montes a mi poesía en su estupendo blog, que recomiendo. No hay falsa modestia en lo que voy a decir: os aseguro que los mejores poemas son los más inspirados, es decir, aquellos en lo que yo puse menos y Eros y el Espíritu pusieron más.


Loco de amor perdido estaba Dios
cuando se le ocurrió la golondrina.
Cómo tembló cuando la echó a volar.
Y cómo vuela desde entonces. Mírala.

Mira la gracia remontar el vuelo,
lanzarse al sol, pastorear la brisa,
rasgar el vendaval con alas negras,
el pecho rojo de quitar espinas.

Audacia favorita de los vientos,
acrobacia nocturna en pleno día,
golondrina de Dios, yo te celebro,
porque eres la cometa de mi vida,
llevaste al cielo el alma de mi padre
y un día llevarás también la mía.

4 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Enternecedor homenaje.
25 neutonios golondrineros.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, los neutonios de hoy son los que más me gustan. Reciba los míos.

lolo dijo...

"...el pecho rojo de quitar espinas"

Vuelvo hoy y cómo me alegro.
Gracias, Cotta.

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Lolo, cuánto tiempo! Me alegro de veras de volver a verte. Me gusta esta libertad tuya de entrar y salir como una golondrina en esta casa que siempre cuidará de tu nido.