lunes, 13 de enero de 2025

Cuatro neologismos nacidos de la madre del idioma

Desternillador: sinónimo de chiste. 

Gatarraco: un gato enorme que da miedo verlo. 

Cagajo: palabra que no existe pero que todo el mundo sabe lo que es. 

Cuajaringo: palabra que tampoco existe, pero es exactamente lo que se rompe cuando algo se descuajaringa

jueves, 9 de enero de 2025

Canción a mi ángel

La letra de esta canción se me ocurrió durante un sueño en que vi a mi ángel. Al despertar, sólo recordaba los dos primeros versos y, tres meses después, vinieron los siguientes. Ojalá te sirvan para dedicárselos también al tuyo. Ex corde, Jesús Cotta, Magister Calvus


sábado, 4 de enero de 2025

Tres maravillosas palabras

Me tengo que esforzar por no abusar en mis descripciones del verbo «cimbrear». Es que es tan sonoro, tiene tantas curvas y volúmenes… El viento que cimbrea los cipreses tiene algo de cortinaje de aurora boreal invisible. 

¿Y no es tremenda la palabra «contumaz»? Esas dos vocales posteriores átonas que acaban de pronto en una tónica con la vocal más grande y abierta que existe parece referirse a una persona que da un golpe en la mesa y grita: «¡Yo más!» 

¿Y qué me decís de ruibarbo? ¿A quién se le ocurre dar ese nombre a una verdura? ¡Pero si tiene nombre de pescado, en concreto, del barbo, pero un poco más señorial, más Cid Campeador!

sábado, 21 de diciembre de 2024

Bemoles

BEMOLES Me pregunta mi buen amigo Diego Morales por qué la palabra bemoles ha acabado siendo sinónimo de esa palabra trisílaba que todos usamos en expresiones como: Tiene xxx la cosa. ¿A que no tienes xxx? No sonaría lo mismo decir: ¿A que no tienes corcheas? O Tiene semifusas la cosa. También se puede decir "tener agallas" o "redaños", pero ni unas ni otros se refieren a lo que todos estamos pensando. ¿Y por qué? Bemoles y x-x-x coinciden en muchas cosas: son agudas en singular, trisílabas en plural y con la misma rima y se usan en plural, con lo cual parecen referirse a una parte del cuerpo que tiene dos unidades. Además, tengo la teoría de que, aunque la costumbre puede hacernos asociar cualquier sonido a cualquier concepto, unos sonidos se prestan naturalmente más que otros a ciertos conceptos, aunque todas las razones que aduzcamos para fundamentar esa conexión entre el concepto y la cosa sean cuestionables. Pero a mí se me ocurren tres razones para explicar por qué los sonidos de la palabra bemoles se prestan a significar lo que significan. La primera es que la b y la m son consonantes que parece que pesan, como los x-x-x; la segunda es que recuerda a la unidad física del mol, que suena contundente; y la tercera es que las palabras que acaban en o aguda tienen respecto a las demás vocales un plus de redondez y rotundez, que son los dos rasgos con los que solemos pronunciar la palabra xxx.

 

lunes, 16 de diciembre de 2024

Mis alumnos de griego os regalan estas palabras

Gimnografía: representación del desnudo. «Las estatuas griegas son aptas para todos los públicos, porque no son pornográficas sino gimnográficas». 

Epigastrar: acción de tumbarse sobre el propio vientre o el de otra persona. «Entré sin llamar y me vi a los dos epigastrando». 

Antimonia: compañía idónea para combatir la soledad. «Los perros son más antimónicos que los gatos». 

Heliodecantropía: grupos de diez personas que toman sol. «No puedes venir con nosotros a la playa porque contigo seríamos once y entonces ya no seríamos una heliodecantropía». 

Psilosofía: sabiduría de las ideas poco profundas. «Menos Platón y más isla de las tentaciones. Menos filosofía y más psilosofía». 

Celocorosis: tener hambre aunque esté uno lleno, por ejemplo, cuando nos queda hueco para el postre. «La celocorosis es una enfermedad mundial y se nota sobre todo en las bodas».