sábado, 16 de noviembre de 2024

El asombro de Adán

Debió escaparse no sé qué centella 
de tu dedo al forjarme el espinazo 
y un poco más de Ti cuando tu brazo 
la modeló de mí la noche aquella. 

¿Qué secreto y qué luz pusiste en ella 
que me olvido de Ti cuando la abrazo? 
¿Qué flores del Edén en su regazo? 
¿Qué corzas y qué bálsamo y qué estrella? 

¿Qué ánfora de vino deleitoso, 
qué derroche fluvial, qué especia extraña 
vertiste generoso y a raudales? 

Ni siquiera en Caná, cuando dichoso 
me emborraché contigo, ni en Betania, 
me diste tantos árboles frutales. 

(A MERCED DE LOS PÁJAROS, Jesús Cotta)

 

viernes, 15 de noviembre de 2024

Mirto y arrayán

- Si las pongo sobre la mesa, mis piernas son patas; mirto y arrayán son la misma especie, pero mirto nos remonta a Safo y arrayán a Almutamid; uno se pone de rodillas para fregar, pero de hinojos para orar. Las palabras bien traídas contienen más verdad sobre los hechos que los hechos mismos.

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

Canción tonta

¡Qué baño de luz en las tinieblas es esta aparentemente tonta CANCIÓN TONTA de nuestro malhadado Federico! 

Mamá, 
yo quiero ser de plata. 
Hijo, 
tendrás mucho frío. 
 Mamá, 
yo quiero ser de agua. 
Hijo, 
tendrás mucho frío. 
 Mamá, 
bórdame en tu almohada.
¡Eso sí! 
¡Ahora mismo! 

¿No nos está diciendo, entre otras muchas cosas, que de todas las dádivas que se le pueden dar a un niño, para alejarlo de la muerte, la única definitiva y digna de él es el amor? Hay poemas que son como un disco de Festos: sólo existe el minicírculo del poema mientras lo leemos; y otros son como el Amazonas, con una desembocadura que no cabe en verso alguno. Este poemita de Federico tiene la virtud de ser ambas cosas. Tiene la insistencia de un rosario: mamá, mamá, mamá; pero también la discreción de un pajarito en el alféizar. La intimidad de una escena casera y la universalidad de un sentimiento primordial. Y todo eso sólo en seis versos de arte menor. 

Ruega por nosotros, Federico.

 

viernes, 1 de noviembre de 2024

A MERCED DE LOS PÁJAROS

Hoy rescato un soneto de mi primer libro de poesía. 

AL SALIR DEL TRABAJO 
Ahora que anochece y las palmeras 
te invitan a un paseo en compañía 
y los pájaros cantan todavía 
como quieres que canten cuando mueras; 

recuerdas unos ojos, cuando eras 
lucero en sus pupilas y lucías 
y la esperabas al caer el día. 
Ahora, sin embargo, nada esperas. 

Y finges estar vivo y tener prisa 
y nadie te conoce cuando pasas 
por las calles buscando una sonrisa. 

Esta noche el dolor será tu cena 
y has cerrado la puerta de tu casa 
para quedarte a solas con tu pena.

(A merced de los pájaros, Jesús Cotta) 

domingo, 27 de octubre de 2024

Diez aforismos sobre amor y belleza

1. Para oír la música de las esferas hay que aguzar el oído. Para verlas danzar hay que entornar los ojos. 
2. Hay más belleza que palabras para decirla. Pero la solución no es callarse, sino poner música a la letra. 
3. ¿Que no te gusta tu cuerpo? ¡Pero si lo hicieron tus padres a abrazos y besos! 
4. Tu cuerpo es tu sancta sanctórum, pero tú eres su sagrada y misteriosa presencia, la que amo y en vano busco cuando penetro en el templo de tu cuerpo. 
5. El beso de los amantes es un acontecimiento cósmico: todas las estrellas que han sido necesarias para componerlos no morirán en vano. 
6. En «me abrazó» y «se abrazó a mí» el sujeto hace lo mismo, pero en un caso para dar cariño y en el otro para recibirlo: por fuera pasa lo mismo, pero no por dentro. Poesía es que pase por fuera lo que pasaba solo por dentro.
7. Cada vez que miro la Sagrada Familia le sale una nueva torre para excavar el infinito. 
8. Lo más grande que puede hacer una persona en este mundo es otra persona. 
9. Me encantaría ser buscador de perlas, pero no porque me gusten especialmente las perlas, sino porque me encantan los buscadores de perlas. 
10. Los ángeles son bellos y buenos, y los demonios feos y malos. Por eso los demonios se curran sus campañas publicitarias mucho más que los ángeles. 

(MOTAS DE POLEN, de Jesús Cotta)