jueves, 16 de octubre de 2008

Matar un ruiseñor

Durante la historia, no todos los homo sapiens eran considerados personas. Por ejemplo, en las sociedades esclavistas los esclavos eran posesiones de una persona. En latín, de hecho, “esclavo” y “prostituta” son las únicas palabras de género neutro referidas a personas: “mancipium” y “scortum”. Las demás palabras referidas a personas eran de género masculino o femenino. Esto significa que adjudicamos la categoría de persona sólo a las personas a las que queremos proteger. Y como Occidente no quiere proteger al feto, no lo considera persona, igual que los romanos no reconocían como persona al recién nacido si el padre no lo reconocía alzándolo en sus brazos.
Polonia, aunque despenaliza el aborto con una legislación similar a la española, es el país europeo con menos abortos diarios. Quizá sea porque fueron los nazis los primeros que allí lo legalizaron, con el fin de controlar la población eslava, que consideraban inferior. Ahora ha llegado a España un barco holandés dispuesto a matar gratis bebés españoles. Cierta actriz y sus amigos lo van a celebrar con una fiesta allí en el puerto. Ni Calígula fue tan canalla. Me pregunto quién financia ese barco y con qué intereses. Ponemos el grito en el cielo por la manera de tratar a las niñas en muchos países. Aquí las matamos antes de que nazcan y nadie dice nada.
Hitler ha muerto, pero el nazismo no.

3 comentarios:

Lopera in the nest dijo...

Jesús, perdona la intromisión en un post extraordinaro sobre un tema fundamental: La vida humana como principio de todas las cosas!.

Pero quiero llamarte la atención sobre algo que he leido y que sé que te interesa. Lo puedes encontrar aquí.

Jesús Cotta Lobato dijo...

He leído la página que me indicas. Seguro que muchos de los resultados de las encuestas que nos endilgan son tan fiables como estos. Y de Marchesi, como tú, me fío menos que de un pirómano con encendedor. Muy buena la reflexión de un comentarista acerca de los efectos de una educación relativista. Un abrazo

Juan Antonio González Romano dijo...

Una ertrada muy valiente. Totalmente de acuerdo contigo