sábado, 26 de marzo de 2011

Octavo día sin fumar. Grado de resistencia a la tentación

El vino y la  música me pierden. Y ayer, en la boda entre Panagiotis y Toñi, entre bailes griegos y vinos españoles, casi me perdí. Me pasé toda la noche luchando contra una tentación cada vez más grande. Mi grado de resistencia a ella, en una escala de uno a diez, es de cuatro. Pero las mujeres que iban a mi lado me salvaban una y otra vez del peligro con sonrisas y bailes y, en concreto, una niña de nueve años se me durmió en brazos justo cuando la tentación me había convencido con el siguiente argumento: "Es cierto que lo más sano es no fumar. Pero ¿desde cuándo te interesa a ti lo sano? El espíritu de la fiesta exige que uno se rompa la camisa, tire el vaso al suelo, se suelte el pelo y corone el duende de la noche con una pequeña locura, por ejemplo, un cigarrito. Luego, mañana te arrepientes, como en los buenos pecados, y adelante otra vez con tu aburrida cruzada personal contra el vicio".

Si no caí fue por las mujeres que me quieren. Y ahora estoy feliz, porque sé que, a diferencia de otros placeres, el tabaco, tras unos días de abstinencia, es una sensación decepcionante: sabe a lo de siempre, no era para tanto, no valía  la pena haber sufrido tanto, total, para unas caladas para calmar mi ansiedad. Si el pitillo me convirtiera en un fauno rodeado de frescas ninfas, ¡allá que iba yo! Pero me convierte en un fumador atormentado. Mejor me quedo en exfumador atormentado. Al menos es más sano.

Lo que más lamento de todo esto es la cantidad de energía espiritual personal que tengo que invertir en algo tan corporal como estar sano, cuando me gustaría invertirla en algo más noble.

A los varones de la boda no nos regalaron puros, sino corbatas. Yo elegí una morada, que me pondré a partir de ahora en todas las bodas para vencer las tentaciones.

13 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Jesús, felicidades, tú puedes. Y es eso, ¿tú ves a un fauno con un cigarro? No, no pega nada. Tú para el cuerpo cosas ricas, no tabaco. Ya verás como el tormento se pasa en unos días. Y la energía vuelve, no sé en tu caso pero yo perdía mucho tiempo buscando tabaco, pidiendo tabaco, y, en los primeros días de dejarlo, echándolo de menos. De repente un día ni te acuerdas. Un abrazo.

Dyhego dijo...

Don EPIFANIO:
¿Ha visto usted cómo no ha durado tanto la tentación? No caiga en la falsa idea de que se está usted perdiendo algún vicio irrenunciable. No. Un buen bailoteo, unos quintos, unos mojitos, un restregón por aquí, un sobeteo por allá, otro mojito, un piquito, una palmadita como sin querer en la nalga al pasar...
Cada día los ánimos se renuevan, como el mar de Valéry. ¡Ocho días! ¿Se ha convertido usted en grifo? ¿Se le ha torcido la cara? ¿Ha sudado usted sangre nicotinosa?
En fin, que no quiero resultar pesado, que es contraproducente que le den a uno la murga en estos momentos. Recuerde que no tiene nada que perder y que la tentación durará cada vez menos.
Un saludo sabático.
50 neutonios

lolo dijo...

Impresionante la tentación "desde cuando te interesa a ti lo sano" Mañana serán nueve días y podrás pensar en qué invertir esa energía, ya verás. Total, el tabaco no es para tanto. Te admiro por superar la boda y te felicito porque tus mujeres te quieren bien.

Blimunda dijo...

No, tu grado de resistencia ayer fue 10, porque lo conseguíste Jesús!!!!!

Besos a las princesas que te cuidan y un abrazo para ti.

lolo dijo...

Ahhh, ese último párrafo faltaba, sí.

Anónimo dijo...

Muy bueno lo de la elección del color morado para la corbata :-))
Eso me ha 'encantao'
Un abrazo y ánimo, que lo estás consiguiendo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Aurora, el cigarro no cuadra nada con un fauno. Tienes toda la razón. Me acordaré de eso durante las tentaciones. Y me anima saber que, como dices, luego uno no se acuerda de ese maldito cigarrillo que nos hace perder tantas energías.

Dyhego, la tentación de ayer duró mucho, porque la boda fue muy larga. Pero hice como usted tan graciosamente explica. ¡Si es que debería usted montar una terapia para exfumadores! Y, la verdad, durante la tentación me parecía que nada tenía sentido sin el cigarro y hoy estoy contentísimo de haberla superado y ¡no he sudado sangre! 25 neutonios

Lolo, esa era la tentación. Y más cosas que me decía. Gracias. Ah, y me alegro de haber añadido ese párrafo más tarde. Gracias por todo.

Blimunda, las princesas os mandan palomas y besos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Umpa, a ver si consigo combinar el color.

Merche dijo...

Felicidades Jesús

Si has podido resistir en una boda, en cualquier otra ocasión estará "chupao".

Olga Bernad dijo...

Jo, cómo te comprendo y te animo desde lejos. Me he dicho a mí misma todas esas cosas y algunas cuantas más la única vez que intenté dejar de fumar. Ya sabes que los fumadores-fumadores no nos podemos permitir "uno de vez en cuando, por la situación, por la boda" porque volvemos a caer. A mí me pasó después de seis meses, cuando ya casi no me costaba aguantar. No caigas.
Muchísimos ámimos, en cuanto pueda, lo vuelvo a intentar. Y quiero que para entonces tú me hables desde la experiencia del ex-fumador;-)
Un beso.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Merche, me queda una ocasión aún más difícil: verme con mis amigos fumadores.

Olga, eso es lo malo, que, aunque a uno ya no le cueste, uno no puede bajar la guardia, es más, tiene que estar más alerta cuando todo parece más fácil. Esa es la enseñanza que saco de lo que me cuentas.

Micotta dijo...

Piensa que esa pequeña gran victoria sabe mejor que un cigarro. No te castigues tanto y poco a poco, ayer pudiste y mañana Dios dirá. Las cosas que son para siempre van pasito a pasito. Muchos ya lo hemos conseguido y tu no vas a ser menos. Cada día, una batalla.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Micotta, "las cosas que son para siempre van pasito a pasito"... pero qué cosa tan linda acabas de decirme. Gracias y mi bendición para los tuyos y especialmente para ti, que eres un sol.