Anoche soñé que los negros de los semáforos tomaban el poder. Iban en coches grandes de cristales oscuros tras los que solo se les distinguía el blanco de los dientes y de los ojos.
Por aquellos días andaba yo explicándoles a mis alumnos en clase la alegoría platónica según la cual el alma es un auriga que guía una biga de dos caballos, el blanco de las pasiones y el negro de los apetitos. El negro es poco dócil y, si uno se descuida, nos precipita al barranco. Eso les decía yo a los alumnos y entonces me denunciaron por racista. Por lo visto,las nuevas leyes dictadas por los negros se proponían erradicar la marginación histórica del color negro en el arte, la filosofía, la ciencia... Y entonces me encerraron en unas mazmorras que, de pronto, había en las Atarazanas de la ciudad.
Allí había humedad y ratas y yo estaba aterrorizado. Pero quiso Dios que el jefe de los carceleros fuera Patricio, mi negro del semáforo, que me había reconocido y ya no vendía rosarios.
Allí había humedad y ratas y yo estaba aterrorizado. Pero quiso Dios que el jefe de los carceleros fuera Patricio, mi negro del semáforo, que me había reconocido y ya no vendía rosarios.
Por la noche, cuando todos dormían, entró en mi mazmorra, me despertó dándome en el costado y, tras untarme la cara de betún, me sacó de allí y me llevó hasta el río.
Nos montamos los dos en una barca donde remaba una mujer tan, tan, tan rubia, que en la noche nos alumbraba a los dos con su pelo. No sé cómo, pero yo sabía que aquella mujer era la novia de Patricio, pero que lo mantenían en secreto porque no estaba bien visto que un negro se enamorara de una mujer tan sumamente rubia.
Nos montamos los dos en una barca donde remaba una mujer tan, tan, tan rubia, que en la noche nos alumbraba a los dos con su pelo. No sé cómo, pero yo sabía que aquella mujer era la novia de Patricio, pero que lo mantenían en secreto porque no estaba bien visto que un negro se enamorara de una mujer tan sumamente rubia.
Me fui con ellos por el río y dejamos la ciudad a lo lejos, cuando ya amanecía. Ellos iban agarrados de la mano, mientras yo contenía las lágrimas porque dejaba atrás a los míos mientras me adentraba en un bosque oscuro.
8 comentarios:
Sí es complicado el sueño, sí, don Epifanio.
Reciba usted 25 neutonios de todos los colores.
ese negro es una mina...
no de carbón, quiero decir...
vale, a la prisión, tres turnos sin tirar...
Es un sueño y dífici de interpretar, pero como siga la cosa así, yo me voy a tener que ir de mi casa, España, hacía un lugar que por desconocido, asusta...el negro es la ausencia de luz...Un Abrazo
Dyhego, yo lo recuerdo todo muy sencillo. 25 neutonios para usted.
Eresmicruz, no te preocupes. Como mi sueño va de colores, es normal que uno se haga los colores un lío. A mí mismo me ha pasado eso con Patricio. Recibe mi abrazo.
Sefa, ¡no te vayas! Hay que quedarse en España para salvarla del desastre. Un abrazo.
Pues yo he entendido muy bien tu sueño, Cotta. Ganan la partida la luz blanca y la rubia ésa, tan, tan, tan rubia (me ha impresionado que os guiara la luz de su pelo). Y Patricio, claro.
A ti ya iremos a salvarte cuando estemos a la altura de los negros.
Porque era eso lo que soñaste, ¿no?.
Sí, Lolo, exactamente eso. Y yo no lo sabía hasta que tú me lo has dicho. Gracias.
Señor Cotta
Los sueños , sueños son ... lo importante es despertar y regresar hacia luz .
Siempre es un placer leer sus escritos
Un abrazo luminoso hasta Sevilla .
Rosna
Rosna, no sé si en el sueño fui hacia la luz, porque se interrumpió cuando en el sueño era de madrugada. Pero ahora sí que estoy en la luz. Y para mí son un placer sus visitas.
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