1. Una vez mi hermano Alfonso se peleó con otro para defender mi honor. Los recuerdo a los dos enzarzados y en tablas. Creo que esa ha sido la única vez que mi hermano se ha peleado, y lo hizo por mí. Recurrió al último recurso de la violencia por una palabra ofensiva que contra mí se dijo. Gracias, Alfonso.
2. Un domingo por la noche necesitaba yo entregar un dibujo con acuarela para el cole y no había pinceles en toda la casa. ¡Lo que lloré! Mi madre me cortó un mechoncito de pelo, lo sujetó, creo recordar, con hilo entre varios palillos de dientes y me hizo el pincel más original y bueno del mundo. Gracias, mamá.
3. En tercero de carrera suspendí el examen de indoeuropeo. Aquel fue mi primer suspenso y me hundió en la miseria. Me armé de valor y fui a llorarle a don Alberto Díaz Tejera, el catedrático, que Dios tenga en su gloria, aunque me merecía el suspenso sin duda. Y entonces, contra toda esperanza, ¡me aprobó! Gracias, don Alberto.
4. Entre los papeles que iba a tirar este verano he salvado una misteriosa tarjeta blanca que me dice: "Gracias, Jesús, por estas rosas tan frescas". Y no recuerdo quién pudo escribirme eso, cuándo ni por qué. Pero me ha llenado de orgullo que alguien me agradezca algo tan hermoso. Gracias a la persona que me agradeció las rosas, sean estas lo que sean.
5. Cuando era estudiante y me hacía falta dinero, el director de mi colegio mayor me rogó que le tradujera ciertos artículos de biología del alemán, lengua que yo estudiaba en la fácul. Yo dije que sí con tal de ganar un dinerillo. Mi traducción fue penosa, porque resulta que, mientras que todas las lenguas europeas utilizan en las ciencias palabras de origen latino y griego, ¡el alemán no!, porque las pasa a raíces germánicas que hay que buscar en un diccionario de los que un estudiante no se puede pagar. Aun así el director me pagó la, digamos, traducción. Gracias, director.
Ex corde. En su momento no me di cuenta del gran favor que me hacían y no lo agradecí o bien no lo agradecí lo bastante. Nunca es tarde para dar las gracias, aunque no le lleguen a nadie.
16 comentarios:
Don Epifanio:
De buen nacido es ser agradecido. Demuestra usted ser las dos cosas.
25 neutonios indoeuropeos.
Es verdad, Jesús, nunca es tarde para agradecer algo, lo que sea.
Pdta: Vayam vaya, así que fue ty amdre la que comenzó el proceso de tu testa actual. Claro, mechón mechón, así te ves ahora, por tu mala cabeza.
Abrazo, no indoeuropeo, sino austrohúngaro, como decía Berlanga.
¡Vaya cuatro erratas que se me han colao en el segundo párrafo!
Es que es muy tarde y hoy no he dormido la siesta.
Sorry.
Eso te honra, hay que ser agradecido y gritarlo a los cuatro vientos.
Saludos
Aquel día llegué a un blog que fabricaba un chico calvo y con cara de bueno que me atrapó para los restos. Fueron muy buenos momentos los que pasé leyendo vida y poesía. A veces usábamos el neoesperanto. No quiero que se me olvide agradecer al enlace que nos unió, gracias Aurora, ni al chico calvo y con cara de bueno que llenó de alegría tantos momentos.
Ex corde, Cotta.
Don Dyhego, reciba usted mis neutonios envueltos en espumillón.
Elías, sí, ahí comenzó todo. ¡Qué tiempos aquellos cuando manos dulces podían ensortijarse en mis rizos.
No cogé ventaja, lo hago más que nada por tranquilizar mi conciencia. Feliz Navidad.
Lolo, a Aurora la tenemos los dos en un altar. Y, por cierto, en tu honor te debo una entrada en neoesperanto. Poca gente lo domina tanto como tú. Un beso.
Qué bueno, estas cosas vale la pena recordarlas. Creo que es un ejercicio que purifica el alma y te hace ser un poquito más positivo.
No me imagino a tu hermano enzarzado en una pelea, con lo bueno que es,aunque por el honor de un hermano cualquiera saca los dientes y hasta puede morder.
Las madres tienen la habilidad de dar soluciones sencillas a problemas muy complicados.
un abrazo mu apretao
Tarántula, ¡qué bien lo has expresado! Eso es lo que yo quería decir.
Primo, creo que esa fue la única vez que se peleó. Así que es lógico que ni te lo imagines. Y de las madres, ¡qué te voy a contar! Un beso muy grande para la tuya. Y para ti un abrazo navideño.
Que buena memoria tiene usted don Jesús, estoy seguro que yo también debería agradecer muchas mas cosas de las que pasaron. y a usted por sus entradas tan interesantes. un abrazo
Lo de su hermano demuestra que todos, en nuestra vida, hemos vivido como en una película de John Ford.
Vale.
Ex corde por mi y por todos mis compañeros (igual que el escondite) por dedicar tu tiempo, tus ganas y tu paciencia a enseñar, oficio nunca mejor elegido por nadie.
Un saludo.
Hermoso!!
Es porque tanto tú como los demás lo dieron ex todo corde.
Buen día ;)
Menalcas, señal de que es usted bueno y feliz si cree que tiene mucho que agradecer. Que pase usted una feliz Navidad.
Retablo, por eso la vida es un peliculón. Y, por cierto, esta navidad a ver si recupero a John Ford y me veo algunas pelis suyas. Ego valeo si tu vales.
Anita, aunque no me lo hubieran dado ex corde, hay que agradecerlo ex corde. Un abrazo.
Héctor, qué tiempos tan buenos aquellos en que jugábamos al escondite y salvábamos a los compañeros. Ojalá siguiera siendo tan fácil. Y para ti un abrazo y, como hacía Apolo con Héctor, un empujón para que nunca desfallezcas en la carrera.
Qué extraordinaria entrada. Me la tomo como un regalo de Navidad.
Abrazo fuerte,
E.
Enrique, feliz Navidad, amigo mío.
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