Una vez me encontré en la arena de una playa una medalla de
oro de la Virgen del Carmen, con su cadena. La llevé puesta unos diez años,
hasta que jugando a las peleas en la playa la perdí para que otro quizá la
encuentre.
Una vez unas niñas que me quieren mucho se encontraron en
una macropiscina un anillo de plata y, como sabían que me encantan los anillos
de plata, después de dejárselo al vigilante de la piscina durante tres días por
si el dueño lo reclamaba, lo recogieron y me lo regalaron, hasta que hace dos veranos, en una excursión al río Chíllar, lo perdí entre caída y caída, entre
golpe y golpe. Y así la plata ha vuelto al agua para que otro se la encuentre.
He perdido el anillo que me compré en el Ara coeli de Roma y
un anillo con letras ibéricas claras, pero indescifrables, que me compraron en
Asturias. Pero he recuperado la cruz de madera que había perdido en la casa del
campo. Estaba perfumada del perfume que me echo sobre el pecho y ha querido
volver a mí.
En todo este movimiento de cruces, anillos, medallas y
colgantes no hay que olvidar los rosarios ortodoxos de tela que llevo puesto en
el tobillo. Si alguien se lo encuentra por ahí, que lo rece o me lo devuelva.
8 comentarios:
Don Epifanio:
Estaré atento, por si acaso.
25 neutonios encontrados.
Bajaré la cabeza en mis paseos diarios e iré más pendiente del suelo.
Saludos
Yo perdí mi anillo de casado en la playa de Chipiona, bajo el faro.
Me hice otro, pero no me lo pongo: me gusta pensar que al final mi matrimonio es una especie de trío entre mi mujer, esa cala y yo.
Y lo siento, si encuentro tu rosario, me lo quedo. No me puede hace ningún mal.
Gracias, don Dyhego.
No cogé ventaja, no se preocupe usted. Es mejor mirar al frente. Gracias.
Paco, pues hace usted muy bien no poniéndoselo. Es bonita la idea del trío. Yo también tengo mi trío con el mar. Y quédese usted el rosario griego, que seguro que le gusta.
Entre los restos del "Gerona",un buque de la Armada Invencible, aparecieron medallas de soldados y marinos españoles de aquel tiempo.Imponían más que cualquier otra reliquia. Yo recuerdo haberlas visto en un viaje a Irlanda hace ya tiempo.
Mis saludos.
Retablo, si están en Irlanda, están en buen sitio. Pero tienes razón: estuvieron en el pecho de un soldado. Ese es el lugar más noble.
Que hermosa reflexión .Si queremos hallar algo también necesitamos perder ....Nos da fuerzas no ... debemos ser valientes, sino perdemos .... cómo vamos hallar algo mejor .
Un beso perdido ojalá lo halle en sus manos .
Rosna, ¡encontré el beso! Hizo usted muy bien perdiéndolo para que yo lo encuentre, mejor dicho, para que él me encontrara.
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