Te he tenido
que suspender porque has faltado mucho a clase. Pero haces bien. Prepararte
para la Academia Militar es mucho más importante que todo mi Jenofonte.
Te aseguro que
serás un buen guardia civil, porque eres todo corazón y músculo, alto, viril y
guapetón, noble y sin doblez y miras a los ojos cuando hablas. Que Dios te
bendiga.
6 comentarios:
Lo que empezó sonando a reproche, ha terminado en un sonoro aplauso. Magnífica entrada que dice más de lo que aparenta decir.
Tienes unos alumnos muy afortunados...
Saludos
P.S.: Ya hacía tiempo que no te comentaba, aunque siempre te leo.
Tato, he tenido mucha suerte este año con mis alumnos, incluso con los suspensos. Sé siempre bienvenido.
Una entrada preciosa, pero lo que más me ha gustado es ése “Que Dios te bendiga” del final. Afortunado tú. Desde que la expresión cayó en desuso, somos todos (o casi todos) mucho más pobres...
Sara, con tus palabras me has animado a utilizarla más, porque lo mejor que uno puede desear a alguien que se va es la bendición de Dios. Un saludo.
Con las ganas que tendrías de aprobarle...
Que Dios le bendiga a él y a ti por cumplir con tu oficio.
Lolo, si pudiera poner buenas notas a un alumno por buena persona, este se llevaría un diez. Un beso.
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