La semana pasada visité el jacuzzi de Dios. El anfitrión era todo luz y gaviotas. Me condujo a través de pinos a una zona de dunas rubias. No me exigió una cuota. Sus instalaciones no tienen botones ni grifos, pero sí la espuma más fresca y efímera, los peces más saltarines, las caracolas más variopintas.
Y allí me presentó a las olas. Jugué con ellas al pilla-pilla, a bucearlas, a saltarlas, a dejarme arrastrar justo cuando rompen bravas y terapéuticas. Son muy juguetonas las olas.
Me sentí como un Adán recién hecho, al que le van a sacar una costilla esa misma noche. El anfitrión quiso que nadie más que yo estuviera por allí. Sólo pasaron dos caballos sin jinete y al galope. Por la arena, avanzaban algunos escarabajos, que luego se juntaban, yo creía que para pelearse, pero era para hacer otra cosa más bonita.
Luego pasé por la ermita de la Señora de las Marismas y de los Vencejos. Y le di las gracias por tantas mercedes.
Dormí como un bendito esa noche y llevo varios días sintiéndome el huésped más bienaventurado.
13 comentarios:
Don Epifanio:
Una sesión de playa es rejuvenecedora, antiestresante y sienta la mar de bien.
25 neutonios marinos.
Justo esto es lo que yo más amo del verano.
Qué bien lo has contado, Jesús.
Besos, besos.
Dyhego, le envío 25 olas con 50 neutonios cada una.
Blimunda, ¿conque el mar es otra cosa que tenemos en común? Bonita cosa, sí señor. Besos.
Don Epifanio:
¡Hala! con tanta fuerza, las olas me van a estampar contra los acantila2 :)
25 neutonios con oleaje tranquilo.
Disculpe, Dyhego, es que no soy muy consciente de cuánta fuerza es un neutonio. Creo que usted me lo explicó, pero quería enviarle mucha fuerza, eso sí, sin estamparlo contra los acantilados; más bien para arrastrarlo a una cala donde lo esperan a usted las sirenas.
Don Epifanio:
¡Que es una broma, caballero!
:)
25 neutonios playísticos.
Cómo me ha gustado, y que bonito que Dios se acerque al mar y tú le acerques a nuestro lenguaje.
Lolo, creo que es fácil porque Dios está en nuestro lenguaje. Un beso.
Si tiene usted mano, haga el favor de recomendarme para una posible futura visita. Se lo agradecería.
Un abrazo
Mery, acaban de informarme de que ya le tienen reservado un día. Los delfines ya están ensayando los saltos en el horizonte para darle la bienvenida.
Eternamente agradecida, señor mío.
Que linda historia... me encantó!
Un abrazo.
Carolina, lo mejor es vivir esa historia en la playa. Te la recomiendo. Un beso.
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