Cuando vimos la jaula vacía y tirada al suelo y los restos
de plumas, todos sospechamos del gato vagabundo que habíamos adoptado.
Pero el gato nos miraba filosóficamente, como miran los
gatos, sentado en una piedra.
Los niños recogieron dos plumas del canario y las enterraron
en el césped. Allí clavaron una cruz y, como estaban puestos los aspersores del
césped, todos desplegaron un paraguas para poder rezar como en toda escena de
entierro de peli que se precie. Eso sí, iban en bañador.
14 comentarios:
Don Epìfanio:
O quizás esté en Canora.
25 neutonios con trinos.
Dyhego, me alegro de saludarlo. Espero que haya tenido un verano feliz. 25 neutonios.
no hay duda, fue el gato...
la mirada filosófica lo delata:
qué pasa, tíos, así es la vida...
me alegro de verte, jesús...
Eresmicruz, le buscamos en vano restos de pájaro en el bigote, pero como, además de filosófos, los gatos son muy limpios, no pudimos acusarlo. A mí me ha alegrado más aún tu saludo.
Yo creo que el gato razonador este abrió la puerta y metió la zarpa, pero en esas anduvo bien listo el pájaro que salió volando dejando cuatro plumas trás de sí.
Y ahora, vuela.
(Aunque entiendo a los niños.)
Besos.
Blimunda, las plumas quedan bien enterradas por si acaso, pero tu interpretación de los hechos me gusta más que la que yo hice. Ahora el pájaro estará libre y feliz. Se lo dire a los niños de tu parte.
Bueno, ?qué pasó al final con el pájaro ingrato? Eso quizás no sea tan poético. Espero que hayáis tenido una buena entrada de curso y hayas podido entregar lios ejemplares a tiempo. Un beso desde Málaga que al final no nos pudimos despedir.
Micotta, sí, ayer entregué los ejemplares y respiré tranquilo, aunque ahora me tengo que preparar la presentación. Un beso para ti, tus tres príncipes y tus dos princesas.
Yo creo, Jesús, que el gato saltó y abrió amablemente la jaula al pajaro, y quedaron algunas plumas en la bien calculada evasíon. Quizás anden ambos riendo de buena gana sobre la tumba. Un abrazo y ánimo con esos ejemplares entregados.
Enrique, es curioso que todos en aquel momento pensásemos lo peor, pero está claro que las cosas que no hemos visto no siempre son como suponemos que han sido. Así que les diré a todos los niños que rezaron ante la cruz que el canario los estaba viendo desde el ciprés. Eso les diré. Y para ti un abrazo.
El entierro en bañador bajo la lluvia del aspersor me parece un magnífico final para un pájaro. Lo importante son los niños. Y que supieran despedirle de forma tan humana. O eso me parece.
Vuelo yo si tu vuelves.
Lolo, tendrías que haberlos visto. Pensé que te lo tenía que contar.
Te escribo desde mi nuevo y flamante cacharro. Un amigo dice que la diferencia entre un hombre y un niño está en el precio de sus juguetes.
Me alegro de volver a leerte.
Por lo visto el dueño del canario -que había estado de viaje- al conocer lo sucedido a su mascota, comentó:
"Ya sólo falta el perro y mi suegra"
Me alegro de tu nuevo cacharro. Ya pasaré a recoger el antiguo, que aquí lo esperan como agua de mayo.
Lo mejor fue el comentario del dueño. Le quitó todo el hierro al asunto. Un beso.
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