Consiste en ser fumador solo cinco minutos al día, lo que
dura un solo cigarro.
Durante 23’55 horas al día uno es el doctor Jeckyll, todo
bueno y sano, un ejemplo para todo el mundo. Al doctor le entran durante esas
horas unas tentaciones horribles de ser malo, pero se dice: “Tranquilo, ya te
llegará el momento del desquite”. Y entonces, por la noche, cuando todos
duermen y sueñan con los angelitos, el doctor se toma una pócima y le salen
pelos en la espalda y pone cara de malo, porque se ha convertido en Mister
Hyde. Enciende un pitillo con risa malvada y se lo fuma con todas las de la ley,
mientras se dice: “Je, je, qué gusto da ser malo”. Cuando lo acaba, de pronto
vuelve a tener cada de bueno, se lava los dientes y ya ni se ha acuerda de lo
que ha ocurrido. Y así hasta el día siguiente.
Esta esquizofrenia tiene la ventaja de que, si uno la
incorpora a su rutina, tiene las ventajas del no fumador, pero el placer del
fumador. Lo sabio no es beber hasta emborracharse, sino saborear una copa de
vino. No por beber más va uno a disfrutar más. Al contrario. Con el tabaco,
igual.
Eso sí, lo malo es que uno no se libra de la adicción.
¿No ayunó Cristo cuarenta días y cuarenta noches? ¿No vas a
ser tú capaz esta cuaresma de fumarte uno al día?
El sacrificio que te suponga estar 23’55 minutos limpio de
humos lo puedes poner en el altar para que el hacedor de estrellas lo devuelva,
convertido en salud, dinero y amor, a quien más lo necesite, a quien tú quieres
que le llegue.
Si alguien se anima a la operación de UNO AL DÍA EN
CUARESMA, que me lo diga. Así me sentiré más acompañado.
5 comentarios:
Don Epifanio:
Iba a comentar algo, pero me he dado cuenta de que iba a ser algo mu bestia (como el anuncio de los cereales que usted tanto odia), así que me reprimo y sólo le mando mis neutonios de siempre.
25 neutonios.
El método me gusta mucho, con ese agravante de frotarse las manos y nocturnidad. Y también me gustaría acompañarte en Cuaresma, habiendo motivos de todo tipo, que los hay. Pero me daría mucha rabia y vergüenza el tener que confesar que he sido mucho más que todo eso, que soy mucho más mala ya.
Don Dyhego, me quedaré con las ganas de conocer la barbaridad. Algún día en privado me la contará. Reciba usted mis neutonios.
Lolo, como me fío mucho de tu criterio y de tu sensatez, ya me parece el método menos malo. ¡Cómo me gusta que le guste a alguien esta paranoia mía! Pero haces bien en no seguirlo. Así eres más libre.
Quillo, ¿qué pesao estás con tu tabaquismo! ¿Has probado en hacerte mayor?...de nada
Gracias, anónimo, sí, ya va siendo hora.
Publicar un comentario