1. En Roma la hora es la misma que en España, pero todo ocurre una hora antes.
2. Las gaviotas son enormes y los ángeles del puente de Sant'Ángelo las invitan a posarse en sus cabezas.
3. La lengua más usada en los grafitis de las paredes internas de la Cúpula de San Pedro es el español. En algo somos allí los primeros: en ser los más puercos y los más anticlericales.
4. Los católicos europeos empiezan a ser minoría. Los católicos asiáticos, indios e hispanoamericanos son mucho más expresivos y cálidos y amigos de los gestos y los símbolos a la hora de manifestar su fe. En Europa varios siglos de racionalismo también han hecho sus estraguitos entre los católicos.
5. Madonnas con velas por las calles alumbran al peregrino.
6. Se aparta uno unas callecitas de lo más turístico y ya se encuentra sitio donde solo comen los italianos.
7. Ve uno por todas partes curas y monjas de todos los colores y edades.
8. Se me ha ocurrido una idea estupenda para un libro.
9. Y sobre todo Roma me ha proporcionado un cambio interior y una amistad inesperada.
10. Gracias, Roma.
Y en El cotidiano hablo de la cristianofobia.
9 comentarios:
Don Epifanio:
Gracias por la foto.
Ya veo que el viaje ha sido beneficioso.
25 neutonios románicos.
Don Dyhego, brindé allí por usted. 25 neutonios aventinos y palatinos y vaticanos y tiberinos.
Jesusito de mi vida:
No hay católicos hindúes, sino indios católicos, el hinduismo es la religión.
En cuanto a lo de las monjas de todos lo colores, recuerdo la ilusión que me hizo encontrarme en el Corso Vittorio Emmanuele a unas Hermanitas de la Cruz, las paré y les hablé de unas hermanas suyas de Málaga a las que conocía. Era como encontrarse a alguien de la familia. Me dan ganas de echarme a fumar para después quitarme e irme a Roma
Qué transnochada suena toda esa cristianofobia que mencionas en el otro artículo, y sus apóstoles como Richard Dawkins y cía. A propósito de Simone Weil: un rayo de luz entre tanta oscuridad: absolutamente recomendable.
S.Clavero
Vicente, con tu permiso cambio lo de los hindúes, para que quede mejor la entrada. Y por favor, no te eches a fumar. Ahorra en otra cosa. Un abrazo.
S. Clavero, Anónimo me la ha recomendado y la voy a leer. Me recuerda Simone Weil a María Blanchard.
Por alguna razón técnica para mí no comprensible, he intentado por dos veces, a distintas horas, poner una respuesta en el foro del artículo, pero no ha habido manera. Decía en ella que lo más importante con mucho es esa decisión de leer a Simone Weil: vale muchísimo la pena, de verdad. Aparte de lo que dice la biografía a la que puse enlace, y dada la afición a la lengua y cultura clásicas, también su libro "La fuente griega" es especialmente recomendable; y lo que en él dice respecto a la Ilíada, digno de meditarse (y de recordarse). Por otro lado, es cierto lo de que no son sinónimos serenidad y objetividad; pero la primera ayuda a acercarse a la segunda, en la misma medida en que el apasionamiento aleja de ella.
Anónimo, me leeré La fuente griega este verano. Se lo aseguro.
Que buenas notas Sr. Cotta como siempre me quedo con ellas y linda foto . Muchas gracias por estar
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