sábado, 26 de marzo de 2016

Esclavismo, racismo y abortismo

Un argumento habitual de los abortistas es el de apelar a la libertad: "No aborte usted si quiere, pero no se meta en la vida de los demás".

Imaginemos ese mismo argumento en boca de los esclavistas: "No tenga usted esclavos si quiere, pero déjenos a los demás tenerlos".

Nadie dudaría en decirle: "Es que nadie puede tener esclavos".

Abortistas, racistas y esclavistas coinciden en hacer distinciones entre ser humano y persona; de esta manera, a los seres humanos que no sean personas los podemos utilizar, esterilizar o matar. Precisamente para poderles hacer eso es por lo que les niegan la condición de persona. Del mismo modo que no se puede torturar a una víctima si antes no la deshumanizamos, así tampoco se puede defender matar al nasciturus sin deshumanizarlo antes. Eso explica lo indignados que están algunos antiabortistas porque este anuncio de Doritos se atreve a humanizar al nasciturus. Mal andamos si humanizar al nasciturus se considera un problema.

Muchos defienden el aborto con buena intención, creyendo que así ayudan a la mujer y que el nasciturus no tiene derechos ni es persona. Pero no se dan cuenta de que incurren en el mismo tipo de argumento deshumanizador de racistas y esclavistas.

No queda, pues, otra opción que no distinguir entre ser humano y persona. De esta manera nos aseguraremos de que nadie podrá decir que un ser humano, por ser negro o no estar aún formado o estar en coma, no es una persona y puede ser eliminado.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
el anuncio es gracioso, la verdad.
En cuanto a los procesos de humanización y deshumanización, hay tanto ejemplos como intenciones.
Se humaniza a los perros tratándolos como a niños y se deshumaniza a los refugiados como si fueran ganado.
¡Están locos estos humanos!
25 neutonios personales.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Dyhego, esos dos ejemplos que usted cita son buenísimos. Precisamente creo que hay una relación entre la humanización de los perros y la deshumanización del nasciturus.

25 neutonios humanísimos