Fragmentos de conversaciones reales.
ELLA: Este verano me quiero ir a la India a encontrarme conmigo misma.
AMIGA: Para encontrarte contigo es más barato irte a una playa solitaria o a un monasterio, que acogen gente que se busca. Pero si lo que quieres es gastarte dinero, vete a Brasil a encontrarte con un brazileiro.
ÉL: Pero ¿cómo puedes defender tú el régimen cubano si allí los homosexuales están perseguidos?
AMIGO: ¡Es que con los pedazos de negras que hay allí ser homosexual es un delito!
ELLA: Yo es que soy daltónica.
AMIGA: ¿Qué colores no distingues?
ELLA: Ah, no, perdón. Quería decir que soy disléxica.
PROFESOR: Esto que subrayo es un acusativo de extensión, y es un complemento circunstancial de tiempo.
ALUMNO: Profe, ¿se llama de extensión porque es muy largo?
MUJER 1: ¿Me compras una papeleta para el viaje de fin de curso de mi hijo?
MUJER 2: Sí, si me das el equivalente para mi perro.
MUJER 1: ¿Tu perro también se va de viaje de fin de curso?
MUJER 2: No, pero está muy malito.
4 comentarios:
Surrealismo del día a día en estado puro; a poco que se ponga alguien a escuchar, salen perlas que ni en las películas de Berlanga. Por cierto, nunca entenderé lo de cruzarse medio planeta para encontrarse con uno mismo, me parece de un esnobismo que tira de espaldas; me da a mí que la amiga tenía a esta señora espiritual pero que muy bien calada, y su respuesta debería estar recogida en algún libro de homenaje a los "zas en toda la boca" que hacen historia.
Es que encontrarme sólo me pueden encontrar los demás. Y la convicción en las ideas; a ver si no es tan bueno viajar.
Gracias por estas píldoras de realidad.
Sí, Nyx. Me encantó su "o monasterio y playa o Brasil, pero a la India ¿pa qué?"
Lolo, yo prefiero eso griego del "Conócete a ti mismo" y eso de san Agustín de buscar a Dios dentro de uno. Un cordial saludo.
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