Antes de fin de curso vino a mi instituto la antigua consejera de educación de la Junta a presentar unos vídeos sobre el acoso escolar. Cantó las excelencias de una enseñanza igualitarista en un lenguaje plagado de hombres y mujeres, padres y madres, concienciados y concienciadas y un cansino etcétera.
Poco después de su visita anunció que retiraría la dotación económica al Bachillerato Internacional que mi instituto tiene el honor de impartir para los alumnos más estudiosos que yo he conocido jamás.
El consejero Imbroda (aquí) ha venido también a mi instituto, pero para hacer lo contrario: anunciar que apoyaba el Bachillerato Internacional y que lo quería extender a toda Andalucía.
En un gesto que lo honra y que la anterior consejera no tuvo, entró a la sala de profesores a saludarnos y atender nuestras peticiones. Yo, por miedo a que se fuera, fui el primero en hacer una (desde aquí le pido otra vez disculpas por el asalto). Le dije que los profesores, sobre todo los que elaborábamos manuales educativos, estábamos un poco cansados de la obligación de utilizar ese lenguaje supuestamente inclusivo que, además de cansino e introducir una diglosia absurda e ideológica, va contra el principio de economía del lenguaje, no enriquece el discurso ni es elegante; le dije que el lenguaje que nos enseñaron con todo cariño nuestros padres era ya de por sí inclusivísimo y que las "recomendaciones" que la Junta imponía en el lenguaje a los profesores, manuales de enseñanza y documentos oficiales era en la práctica una censura previa, porque el texto no pasaba la aprobación si el lenguaje no se adecuaba a esa obligación ideológica de utilizar un lenguaje tan feo.
Y el consejero aseguró ante todos que esa obligación iba a desaparecer y que él era el primero en considerarla absurda. Así que, amigos del idioma, ¡os doy la gran noticia!: desde la máxima instancia educativa de Andalucía existe el compromiso y la voluntad de dejarnos hablar a cada uno como quiera, como ocurre en las auténticas democracias.
Gracias, consejero Imbroda, por devolvernos la libertad de expresión.
4 comentarios:
Don Epifanio:
¡que tengáis suerte con el nuevo consejero!
La consejera de educación que sufrimos en Murcia, del PP, es pésima.
25 neutonios internacionales.
Don Dyhego, le doy, pues, el pésame si es pésima.
Aquí está aún de prueba.
25 neutonios educativos
A ver si es verdad. Que ya cansa tanta tonterías que tenemos que tragar en los institutos andaluces.
Juan Antonio, no ando muy optimista últimamente con ese asunto. La presión ideológica sigue siendo tremenda. Un abrazo.
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