Dios te salve, María, gracia plena,
Reina del manto azul y de la plata.
Nardo que en su belleza me arrebata
y el cendal de la brisa desordena.
Blancura de jazmín y luna llena
que en sí cualquier negrura desbarata.
Vientre de perfección donde se acata
de Dios la voluntad, Rosa serena.
Madre de los silencios de mi vida.
Merced del corazón, Nácar del llanto.
Clarísimo cristal, Joya encendida.
Esmeralda discreta con un manto.
Firmeza entre varales sostenida.
Sublime perfección del Jueves Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario