sábado, 10 de mayo de 2025

Irse el santo al cielo

Pero ¿quién fue el poeta humorista al que se le ocurrió la expresión de “se me ha ido el santo al cielo”? Parece inventada en un mundo donde cada uno de nosotros va por la calle sosteniendo en la mano la talla de un santo, que puede ser el santo de su nombre o el santo de la familia, y entonces, en un descuido nuestro, el santo hace lo que hacen los santos: tirar para el cielo. Y, claro, como eso nos deja desamparados y perdidos en el mundo, hay que dar un salto y agarrarlo por el pie y bajarlo a la tierra, antes de que se nos escape otra vez.

 

sábado, 3 de mayo de 2025

Cúpulas y escalas

1. El premio a la secuoya más alta es una nube que siempre está a un palmo de su copa. 
2. A los dioses los encuentra no quien corona la cumbre sino quien se adentra en la niebla. 
3. De lo que ya sabemos cómo es ¿para qué hablar tanto? Mejor hablar de lo otro. 
4. El hombre de acción nada de frente para ver el horizonte; el contemplativo nada de espaldas para ver el firmamento. 
5. Hay dos tipos de monstruos: los que combaten su fealdad rodeándose de belleza y los que combaten la belleza rodeándola de su fealdad. Y dos tipos de héroes: los que salvan a los primeros con un beso y los que nos salvan de los segundos con una espada. 
6. Un milagro no es una suspensión de lo natural, sino una manifestación de lo sobrenatural. 
7. Al final todas las músicas, menos la de las esferas, acaban cansando.
8. La gracia es el azar que no respeta sus reglas. 
9. Todo es casualidad, pero el cielo la aprovecha para la providencia. 
10. Al final todas las músicas, menos la de las esferas, acaban cansando. 

(HOMO MYSTICUS, Jesús Cotta)