martes, 1 de mayo de 2018

Una oración a y por Alfie Evans

Lo que hace digna la vida humana no es lo que un hombre haga con ella ni las condiciones materiales en que esta se desenvuelve, sino el hecho de que pertenece a la especie humana. Esta se eleva sobre todo lo demás que exista porque es un logos viviente, es decir, un animal simbólico, cultural, racional, consciente, libre, moral, capaz de arte, lenguaje, amor, o sea, es más que un animal. Que la enfermedad, la tiranía, la ignorancia y la miseria dificulten o impidan en algunos casos el despliegue de todas esas facultades no le arrebata esa dignidad de su ser, porque mi dignidad no depende de lo que yo haga con mi vida o mi vida conmigo, sino que depende del simple hecho de ser hombre. Ni el enfermo terminal ni Jack el Destripador pierden esa dignidad.

¿Por qué entonces la va a perder Alfie Evans? Ningún juez en la Tierra, por muy amparado que esté por leyes democráticas, está legitimado para decidir que su vida  no era digna de ser vivida, sin oír la voz clamante de sus padres que sí que la consideraban digna.

La eugenesia, disfrazada de humanitarismo, vuelve a Europa.

Mi querido Alfie Evans, ahora que no estás en manos de leyes inhumanas y tienes más poder, porque te has ido fortalecido por el amor de tus padres, cuida de nosotros desde las estrellas.

lunes, 23 de abril de 2018

Pidiendo a Dios una señal

He pasado unos días en una playa solitaria. Durante quilómetros de costa, las olas dejan un reguero de conchas de muchos tipos. Y como ando últimamente más obsesionado que de costumbre con la gran pregunta de mi vida, le dije a Dios:

-Si existes, dame una señal. Te lo voy a poner fácil: pon entre tantas conchas una caracola, aunque sea más pequeña que mi meñique.

Ha tenido Dios una oportunidad de varios quilómetros de playa. Anduve atento al reguero constante de conchas y no apareció ni una sola caracola.

Sí, ya sé que nada de esto es muy racional. Para empezar, si Dios existe, no tiene por qué participar de este juego mío tan tonto. Yo mismo me niego a convertirme en espectáculo cuando en público me piden que haga algo que sé hacer. Además, puede que yo escogiese el código equivocado, porque si aquella playa no da caracolas sino solo conchas, él no va a reunir unos átomos para poner una caracola y darme gusto. Las leyes de la naturaleza que él ha creado merecen un respeto.

En fin, que me temo que la única manera de salir de dudas es morirse.


martes, 17 de abril de 2018

Mis alumnos de griego os regalan estas palabras

MINERVA
-Geoclastia: romper la tierra. Vg.: "Con mis zapatillas geoclásticas rompo todas las pistas de baile".
-Heterofilia: amor a lo diferente. Vg.: "Los heterófilos siempre buscamos amigos del otro equipo, del otro bando, del otro partido y de la otra acera".
-Doxarquía: poder de la opinión. Vg.: "Los tanques de las doxarquías son las redes sociales".

ECO
-Filergia: amor a la acción. Vg.: "Los filérgicos solo pueden leer un libro dando saltos".

HERA
-Fitiatra: médico de plantas. Vg.: "¡Por Dios, Juanita, llama a un fitiatra, que a la higuera se le ha roto una ramita".
-Disfilia: dificultad para amar. Vg.: "Puse un cuernecille y me entró disfilia".
-Teóglota: que habla la lengua de Dios. Vg.: "Solo niños y ángeles son teóglotas".

DAFNE
-psicofanía: manifestación del alma. Vg.: "Las psicofanías de los difuntos se producen durante nuestros sueños".

ATALANTA
-ulogofobia: miedo a no tener la razón. Vg.: "Muchos se suman a la opinión dominante no porque están convencidos, sino por ulogofobia"

CÉFIRO
-econauta: marinero de casa. Vg.: "Berengario, tu madre dice que te vayas a casa a hacer econautismo, que ya hueles a sudor·.

lunes, 9 de abril de 2018

Creer en la dignidad del otro

Me recuerdo escandalizado de jovencito por un compañero de trabajo que cazaba pajaritos y explicaba a todo el mundo cómo cocinarlos y que afirmaba que a sus hijos no los iba a escolarizar, sino que les enseñaría en casa.

Me recuerdo diciendo palabras como "socializar" (¡con lo fea que es esa palabra y lo bonita que es hacer amigos!) y poniendo a los pájaros a la misma altura que los niños.

Me siguen gustando los pájaros y los colegios, pero más me gustan la libertad de los hombres para enseñar y comer lo que quieran y, sobre todo, la dignidad que los pone por encima de cualquier otra cosa que se me ocurra, ya sea el Estado, el arte, el progreso, la ciencia, el orden, etc.

Tan importante y digno es el hombre, que el verdadero pecado es tratarlo como una cosa y un animal, es decir, privarlo de libertad y dignidad.

Esas cosas pienso cuando alguien quiere obligatoriamente escolarizados y estabulados a niños y adolescentes, o cuando valora más la vida de un perro que la de un ser humano concebido, o cuando quiere prohibir que la gente difunda y manifieste sus ideas y creencias, o cuando, en fin, no cree en la libertad y la dignidad de los otros, porque, en realidad, solo creen en las suyas.



lunes, 2 de abril de 2018

Mejor acongojados que acojonados

Me gusta mucho observar los cambios de significado de las palabras. El otro día reparé en uno de ellos. En una reunión de trabajo, alguien comentó que estar tras la mesa de presidente "acojona bastante, con perdón". Entonces uno del público dijo: "Comprendo que se encuentre usted.... acongojado". Lo dijo como una broma, pero luego todos comenzaron a usar el verbo como si realmente significase "asustado", y no lo que realmente significa, que es entristecido.

Como además es una palabra que se usa poco y cuando se usa es muchas veces como eufemismo de "acojonado", la gente está dejando de recordar su significado.

Cuando leo con mis alumnos la Ilíada en la traducción de nuestro Segalá y Estalella, les pregunto qué significa 

"Acongojóse el Pelida dentro del velludo pecho", y ellos me dicen: "Que se asustó". Y yo les digo: "¿Asustarse Aquiles? Ni en sueños. Estáis confundiendo acongojarse con acojon.... y lo que sigue".

Y aprovecho para preguntarles qué prefieren estar asustados o estar tristes.

Siempre ganamos los tristes, porque preferimos ser valientes.