Defectos y virtudes del menda

Si por algo confieso cosas mías aquí, es para no dar de mí mismo una imagen idealizada (¡es tan fácil maquillarse en la Red!). Los únicos defectos que me he callado son los realmente feos, pero no porque no tenga ganas de contarlos, sino porque me he propuesto alegraros la vida con cosas bonitas, en vez de amargárosla con cosas feas, y mis defectos, sin duda, son realmente feos.

Tampoco puedo echarme muchas flores, porque entonces llega el Piyayo y me echa tomates. Con él mis vanidades acaban por los suelos y se lo agradezco de veras.

Sin embargo, tengo que agradeceros vuestra paciencia conmigo, incluso cuando despotrico a lo bestia o digo inconveniencias. Pero lo que más agradezco es lo amables que sois conmigo. En honor a la verdad, tengo que decir que llevo más de seis meses sin borrar un solo comentario (a excepción de esos que vienen en inglés y que me invitan a ir a casinos o a yo qué sé cosas).

Pero cuando las flores me las echan con gracia y talento, las tengo que agradecer. Y por eso agradezco a  Eresmicruz esta estampa que ha hecho de mí. Si la hubiera escrito otro, sería mentira. Pero la ha escrito Eresmicruz y lo que dice es tan cierto como que estoy calvo. A él toda mi gratitud y simpatía.

Y me ha llegado al corazón el primor con que Blimunda ha decorado de pájaros mi libro de poesía. Si yo hubiera sabido que ese libro lo iba a leer alguien con tanto cariño, jamás habría escrito un solo verso, de puro miedo a defraudar.

A los dos, un beso.