jueves, 3 de junio de 2010

Me dicen que sienta más y piense menos

Un amigo me aconseja sentir más y pensar menos. Pero eso ¿cómo demonios se hace? El caso es que siento mucho mis pensamientos, no puedo dejar de pensar por más que sienta. He aquí algunos ejemplos:.

a) Voy por la calle y veo un vagabundo en invierno con el pantalón mojado de orina y, entonces, con el corazón encogido, pero sin valor para ofrecerle la ducha y el pan de mi casa, me paso media hora pensando en la justicia social, en la responsabilidad moral de cada cual para evitar estas cosas, en si es mejor confiar en la caridad o en la intervención del Estado, en si es justo que calme mi conciencia dando dinero a Caritas cada mes.

b) Una persona muy querida me da un abrazo y yo, embargado por la emoción, no dejo de pensar si debo apretarme a él tanto como él a mí, y hasta cuándo vamos a seguir abrazados, en qué le voy a decir después.

c) La escena de una peli me hace llorar y en seguida me pongo a pensar de qué medios se ha valido el director para emocionarme, a ver si le puedo sacar partido en una novela.

Ah, si yo pudiera sentir sin comerme tanto el tarro.

17 comentarios:

L.N.J. dijo...

Si sientes lo que ves y lo que piensas, déjate llevar.

_ No le hagas caso a tu amigo _

Saludos.

Olga Bernad dijo...

Yo también siento mucho mis pensamientos (e incluso los lamento, a veces;-)
No me atrevo a aconsejarte (arriesgada tarea) pero te puedo dejar un abrazo virtual que puedes alargar cuanto quieras.

Blimunda dijo...

Decirte a ti que sientas más...no creo que sea un acierto. Y si tú no te comieras tanto el tarro tu blog no sería tu blog ó no tendrías en tu haber esa camiseta de cuchicuchi, digo de cuchibambo, por ejemplo.
Me parece a mí ,que en tu caso ,va a ser inevitable que te lo sigas cuestionando todo.
Y la verdad es que yo no veo que eso sea un problema.
Un abrazo incuestionable.

L.N.J. dijo...

Entiéndeme la expresión Jesús, que no le hagas caso, pero que después unas cervecitas de amigos...

... para eso están, me imagino...

Simeón dijo...

¿Sentir y no pensar?
¿Más animalidad y menos humanidad?
Pensar también es vivir, humanamente.
Vivir no sólo es sentir, acuérdate de la canción de Krahe.

Jesús Cotta Lobato dijo...

LNJ, gracias por el consejo. Me libera un poco. Y, por supuesto, las cervecitas siempre.

Olga, entonces lo alargaré mucho e intentaré no comerme el tarro. Basia mille.

Blimunda, eso digo yo: me como el tarro, pero me implico mucho emocionalmente en esa tarea. Y la verdad es que me lo paso tan bien pensando... Un beso.

Simeón, es cierto. ¡No todo va a ser sentir! Gracias de todo corazón.

lolo dijo...

El que te lo dijo no sabía cuánto lo ibas a pensar y a sentir.
Hacen bien andando juntos. Son los talentos, Cotta.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, me has hecho un rey. Si son talentos, ojalá dieran tanto fruto en la vida como en la literatura. Un beso.

Rutherford dijo...

Ciertamente, de nada sirve saber la existencia del camino si no se anda.

Saludos

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rutheford, pensar para sentir y sentir para pensar. Si el sentir es el andar, ando, pero pensando siempre en el camino. Ahora que os he leído a todos, me figuro que esto le pasa a todo el mundo y que no es un verdadero problema, a no ser que el pensamiento lo usara uno para combatir constantemente sus sentimientos. Un saludo.

Siete Soles dijo...

Creo que en esto soy como tú. En tus entradas veo reflexiones sobre sentimientos. Por lo que, tu amigo o te conoce poco o no ha visto sobre lo que piensas.
Saludos y no cambies.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Siete Soles, quizá he sido injusto con mi amigo, porque no le he dado la oportunidad de explicar mejor por qué me dice eso. Pero si se la doy, me da vergüenza. Gracias por tus ánimos y me alegro de parecerme a ti.

Rubén Muñoz Martínez dijo...

Estimado Jesús, te dejo dos apuntes al respecto.

1)Como dijo una vez el peculiar pensador francés: "El corazón tiene razones que la razón no entiende."

2)A los que pensamos demasiado, o que quizás reflexionamos más que actuamos, muchas veces se nos pasa la vida sin subirnos a los trenes.

Un abrazo,

Rubén.

P.D.: Sinceramente, en no pocas ocasiones envidio a los que deciden sin pensarlo dos veces o a los que actúan por impulsos...

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rubén, eso que dices es exactamente lo que quiere decirme mi amigo. Yo echo en falta lo mismo que tú, esa facilidad e inocencia para decidir, aunque luego me arrepienta. Pero, ¿no crees que poco a poco vamos aprendiendo, que las circunstancias nos obligan muchas veces a decidir aunque nos cueste más que a otros? Un abrazo.

L.N.J. dijo...

Los grandes pensadores creo que se han subido ha demasiados trenes; también son aventureros.

¿ Puede ser así ?.

ReyVindiko dijo...

En ti me reconozco

Jesús Cotta Lobato dijo...

LNJ, puede ser así. Tú has resuelto el dilema. Si pensar mucho nos lleva al fin y al cabo a actuar, bienvenido sea el pensar. Gracias.

Reyvindiko, ¡si es que parecemos de la misma sangre! Un beso.