El otro día paseaba por el parque de María Luisa, en Sevilla. Era un miércoles por la mañana y había muy poca gente.
Iba yo con prisa y recortando camino por los senderillos de albero que hay entre las arboledas, cuando he aquí que se desplegó ante mí un abanico blanco de encaje primoroso o de marfil labrado por manos de plata, a través del cual se afiligranaban los rayos del sol con tal riqueza de matices, que me quedé allí plantado. Y resultó ser la impresionante cola de un pavo real blanco como la luna, que a solas entre las flores desplegaba ante mis ojos la belleza, para inoculármela en los tuétanos, para salvarme de la fealdad que hay también en el mundo. Lo que el pavo real pensaba que sólo vería Dios, lo vi yo también por un regalo del cielo.
Es cierto que en el mundo hay también sanguijuelas, cáncer, asesinos. Pero siempre estará el abanico en flor del pavo real blanco que hoy os quiero regalar para no quedármelo yo solo, para aumentar un poco vuestra esperanza.
19 comentarios:
Que hermoso,y que suerte...un pavo blanco,eso es más que un mirlo blanco,seguro.Gracias y "felicidades".AnónimoE
Don EPIFANIO:
¿Sabrá la mandamasa generala de igualdad que son los pavos los que exhiben ese abanico y no las pavas? ¿Les pondrá multa a los pavos por exhibicionismo? ¿Recomendará a las pavas que se operen -con cargo a la Seguridad Social, por supuesto- para lucir igual plumaje?
¡Cuánto trabajo queda por hacer!
25 neutonios (sin pluma)
"[...]aumentar un poco vuestra esperanza."
Qué palabra tan hermosa "Esperanza"
Ser capaces de ver la belleza en cualquir parte requiere una gran dosis de humanidad... un gran corazón...No todo el mundo se detine a ver "la cola del pavo real" y no todo el mundo desea compartir y regalarnos su sentir por ello.
Gracias por este hermoso regalo
Pues es un regalazo. El primero que no se lo quiso quedar para Sí solo fue Dios, y haces bien en seguir su ejemplo. Gracias.
Ni cuando llevas prisa te saltas la Belleza...Ay Cotta, gracias por ese envio de esperanza, ha llegado intacto.
(Yo vi pavos reales en un parque de Ocaña, me parecieron como sacados de un sueño por el que se podía pasear)
Anónimo, felicidades a ti también, con el fondo de la cola del pavo real.
Dyhego, la verdad es que me he tronchado literalmente de risa con este comentario suyo. Sí, ¡cuánto trabajo queda para igualarlo todo!
Manuela, estoy seguro de que si tú la hubieses visto, también te habrías detenido a contemplarla en secreto, retirando un poco las ramas para verla mejor.
Enrique, es que la gente se olvida de que también hay colas de pavos reales. Por cierto, en el ABC cultural del sábado vi tu libro de poesía entre los más vendidos y me dio un alegrón ver que se compraba la buena poesía. ¡Enhorabuena!
Blimunda, espero que algún día podamos pasear por ese sueño.
Pues una gran suerte, si señor, el espectaculo del plumaje desplegado del pavo albino del Parque ...contrasta con las impurezas que abundan entre los seres humanos....
Gracias por compartirlo, me quedo esperanzada...que es mucho.
Anna, gracias al pavo real por existir y a ti por saber apreciarlo.
Gracias, Cotta. Es verdad que cosas así son las que salvan. Un pavo real blanco... sí que es un regalo.
Jesús,
Precioso.
Tengo dos preguntas para tí....
1) ¿Por qué "Eyes Wide Shut" es una de tus películas favoritas?
2) ¿Cuánto tiempo lees al día?
Gracias por este maravilloso rincón en la red.
Lolo, y si pudiera, os regalaría también el jardín donde lo vi.
S.G., esa peli la vi en un momento crucial de mi vida y me identifiqué totalmente con la tentación y los remordimientos del protagonista. Y me sirvió de inspiración para mi libro de Ulises y las sirenas. En cuanto a cuánto tiempo leo al día, la respuesta es difícil, porque, cuando estoy escribiendo un libro, escribo más de lo que leo. Pero, en general, leo por las noches, antes de dormirme. Desde que decidí no ver la tele de noche, se pueden hacer cosas mucho más interesantes y una de ellas es leer. Eso sí, nunca más de una hora. En fin, que me enrollo. Te doy la bienvenida a mi blog.
Por un momento pensé que te había abordado en pleno parque tu proveedor habitual de rosarios de plástico, que portaba nueva mercancía. Abaniquémonos pues, Jesús.
Por cierto, que ya he sacado del armario a Pippi Långstrump.
Alejandro,ya no se los compro de plástico, sino de madera. A ver si te llevo uno. Y a ver, a ver qué has hecho con Pippi.
Trufado, mejor.
Con salsa de arándanos.
Un lujo para los sentidos.
Sí, José María, pero a condición de que a cambio enmarques el abanico en un cristal en tu salón.
Cuando me cuentan algo así suelo decir: "otra vez, pero despacio". Por eso he vuelto. Otra vez gracias.
qué fortuna la tuya!!!
Anita, por eso, porque fui afortunado, quise compartirlo con vosotros.
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