jueves, 19 de enero de 2012

Padrinazgo, gorro de baño para calvos y los 300

He invitado a Patricio al bar y se ha pedido una Fanta. Le he preguntado qué espera él de mí como padrino y lo que espera es que le haga un regalo al niño en el bautizo. Y ya está.

Yo le dije que sería quizá mejor un padrino compatriota suyo. Pero no tiene a nadie. Para colmo, la madrina que él había elegido le ha dicho que no, porque se siente ya muy mayor para eso y la madrina tiene que ser más joven. 

Así que quedé con Patricio en que había que buscar una madrina y él me insistió mucho en que fuera "good person". Y me despidió con un "Di-os te ben-diga".

Y ya la he encontrado. El martes que viene le daré la noticia.

Patricio es buena persona. Todo el mundo en la calle lo saluda con alegría. 

Vuestros consejos son sabios y sensatos y los agradezco infinito. Pero en esta cuestión no puedo ser racional. Me pareció mal dejarlo en la estacada y no por generosidad, sino porque no tengo la cara dura suficiente como para decirle que no. Seré padrino de su hijo para siempre.

En cuanto al gimnasio, he encontrado uno donde no me obligan a llevar gorro de baño en la piscina. Me las ingenié, mientras me matriculaba, para que me eximieran de tal obligación. Es un gimnasio más caro y más pijo, pero ¡puedo ir con mi calva sin tapar! 

Por último, ¡si vierais las caras con que flipan mis alumnos viendo los 300! ¿Quién dijo que los jóvenes no valoraban el honor, el amor a la verdadera libertad, la valentía, el dar la vida por los otros...?

18 comentarios:

María Cusí dijo...

Que buena Persona eres

Anónimo dijo...

Gracias por tu doble generosidad, con Patricio y con todos los que te leemos. Haces bien en lucir tu calva, que para algo es tuya. Siento no poder flipar con los 300, como tus alumnos, porque no se de que va la cosa.
Un saludo.
Caty

San Marcos dijo...

aparte de los 300 tus alumnos seguro que fliparán con todo lo de Frank Miller, sus comics destilan valores como el honor, el sacrificio, el altruísmo aunque también hace un uso desmedido de la violencia, en sus tramas narrativas el fin siempre justifica los medios .... en fin son sólo tebeos no?

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sefa, más que bondad le he dicho que sí porque he sido incapaz de decirle que no.

Caty, he puesto un enlace en el blog, pinchando en la palabra 300, para que puedas ver la última escena. Es una peli que trata de la muerte de trescientos espartanos que lucharon contra los persas defendiendo el paso de las Termópilas. Un saludo.

San Marcos, sí, es como dices. Pero yo me quedo con la parte positiva: que ellos vibran con valores nobles, a pesar de que la gente echa pestes de la juventud. Recibe mi abrazo.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Pues si has tomado la decisión de apadrinar al hijo de Patricio, te felicito. El corazón debe mandar sobre el cerebro en muchas ocasiones.
La juventud es maravillosa, lo malo es que nosotros, los mayores, no los cuidamos suficientementes y le damos una sociedad corrompida donde ellos no tienen más remedio que incorporarse.
Un abrazo

lolo dijo...

1.- Biennnn.
2.- Me hubiera gustado escuchar el "ingenio" que desplegaste para conseguir eximirte del gorro; a saber.
3.- Y yo que le daba largas a mi hijo que la quería ver. Hoy es un día de suerte para él.

Jesús Cotta Lobato dijo...

No cogé ventaja, gracias por los ánimos. A ver si entre todos les damos una sociedad no tan corrupta. Un abrazo.

Lolo, me limité a preguntarle a la chica que me atendió cuáles eran las normas de uso de la piscina y cuál la indumentaria. "Toalla, bañador y sandalias de playa". Y entonces le pregunté si yo tenía que llevar gorro de baño y ella me dijo que, en mi caso, no. Me lo dijo con una sonrisa. Y eso bastó para convencerme.
En cuanto a los 300, te aviso de que es violenta. La imagen que da de Esparta es muy idealizada, pero el código moral que ellos respetan está muy tratado en la película. Un beso.

Rosna dijo...

Lo felicito por aceptar el padrinazgo del niño de Patricio .Me emocionó , no creo que no supo decir "no" ,es un "sí "desde el corazón ...
A mi me encanto la película 300 .
Asi será como adultos debemos preparar para la vida a nuestros jóvenes en ellos va nuestros mejores esfuerzos para dejarles un mundo mejor . Ah y el famoso gorro ... que más da , lo importante es recuperar una actividad beneficiosa para su salud .
Un abrazo a su Bondad ... Y Gracias por sorprendernos siempre .

Rosna dijo...

Sr Cotta leí atentamente la historia de Patricio , que simple es ,cuánta alegría lleva en su sangre , a pesar de su situación , tal vez quién sabe ... usted no le puede solucionar la vida , ni llevarlo a vivir a su casa pero si puede orientarlo a que regularice su situación , ojalá lo logre por algo Patricio lo eligio .... y cuando lo vea le da un abrazo muy fuerte de mi parte por favor digale que desde otro lado de este mundo maravilloso hay alguién que los admira : a usted por su infinita bondad y a Patricio por ser un valiente en busca de una vida mejor para él y su familia , que no se rinda y busque su libertad .

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
¡Pues que viva el niño y vivan los padrinos!
Le voy a decir una cosa y espero que no se me enfade usted.
Cada vez que veo el programa de José Mota siempre me acuerdo de usted cuando sale el actor calvete. Siempre me imagino que es usted.
25 neutonios histriónicos.

María Cusí dijo...

Pues hay que saber decir que NO

Anónimo dijo...

Si es que no tiene usted remedio.Patricio ha tenido muy buena suerte.Felicidades Lna.

NGG dijo...

Me alegra, profesor, que al final sea el padrino. No esperaba menos de usted.
Enhorabuena.
Recomiendo la lectura( se lee en 5 minutos) de "El pequeño hoplita" de Arturo P. Reverte.
Buen libro que sirve de introducción a niños... y a no tan niños. A nosotros nos ha encantado y es el libro de cabecera de mi hijo mayor (6 años)

– Prefiero quedarme- protestó el niño.
Entonces Leónidas se puso muy serio, y dijo algo que el niño nunca olvidaría:
- Irás, porque eres un hoplita de Esparta. Y la obligación de un espartano no es sólo combatir, sino obedecer.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Rosna, y yo le doy a usted las gracias por ser siempre tan amable conmigo. Y tiene usted toda la razón en lo del gorro, pero me temo que soy demasiado orgulloso. Y no se preocupe: le transmitiré a Patricio sus palabras y Dios le oiga a usted. Reciba mi saludo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, a mí me encanta el actor calvete. Lo veo un pedazo de actor. Así que ha elegido a usted a mi favorito. 25 gracias neutónicas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sefa, decir que no habría sido lo sensato. Y puede que me arrepienta. Si he metido la mata, espero que Dios sepa sacarme del aprieto. Un abrazo fuerte.

Lna, tampoco ha tenido tanta suerte. La habría tenido si yo pudiera dar a Patricio casa y trabajo. Solo puedo hacer regalos a su hijo. Un beso.

NGG, gracias por la recomendación del libro. Lo voy a conseguir para mis alumnos. Reciba usted mi abrazo de amigo a amigo.

Anónimo dijo...

Hola, Jesús. Menuda lección me has dado.

Yo fui la primera que se tomó la libertad (posiblemente de forma maleducada, disculpa) de opinar sobre el apadrinamiento. Me parecía un error, pero solo por mis malas experiencias con personas que se han aprovechado muchísimo de mí (con muy mala idea además) por ser buena gente y costarme decir que no.

Ahora, bien es verdad que tampoco deben pagar justos por pecadores. Y que ya bastante crudo hemos hecho el mundo como para que encima andemos todos con semejantes desconfianzas y egoísmos.

Habrá que aprender a dar lo mejor de nosotros mismos, incluso a sabiendas de que nos puedan hacer daño por ello, ¿no? Y, como decía alguno de tus comentaristas, al fin y al cabo Patricio es un luchador que lo único que hace es intentar buscar una vida mejor para él y los suyos.

Muchas gracias por dar tan buen ejemplo.

Un saludo,

María.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Mi queridísima María, hiciste muy bien en dar tu consejo. Es más, para eso escribí esa entrada, para recibir vuestros consejos. Le he dado muchas vueltas al asunto y he sopesado los pros y los contras. Y gracias a vuestros consejos estoy intentando ser prudente. Y al final le he dicho que sí no solo por él, sino sobre todo por mí. Así que no debes disculparte: te tomaste la molestia, amable e inteligente, de explicarme de una manera clara lo que creías que sería mejor para mí. Solo por eso debo darte las gracias.