miércoles, 9 de mayo de 2012

Tatuajes para siempre, siempre, siempre

Yo quería tatuarme la maja desnuda en el tobillo, para que el tobillo fuera su almohadón. Pero me han dicho que, si en algún lugar duele el tatuaje, es en el tobillo. Y he desistido, porque mi gusto por los tatuajes no es tanto.

Cuando mis alumnos me piden que les traduzca al griego frases o versos que se quieren tatuar, les animo a imaginar que en su vida pueden ocurrir muchos cambios inesperados, de manera que podría ser que la frase tatuada ya no les guste dentro de unos años. Por ejemplo, puede que una chica se grabe una frase ecologista en la espalda y luego se enamore de un cazador empedernido que se la lleve a las monterías.

Convertir la piel en un lienzo, en un objeto decorativo, solo vale la pena, a mi parecer, si lo que uno se tatúa lo remite a algo más grande y hermoso, pero no si lo remite a uno a cosas feas o pequeñas, como esos tatuajes que uno ve en la playa: insectos, dragones, serpientes, diablos.

Pero voy a decir tres casos de tatuajes cuyos dueños nunca se querrán borrar, cambie su vida lo que cambie, y que a mí me gustan mucho.

El primero es el de Reyvindiko, aquí en la foto, con la frase de san Benito contra Satanás en su bíceps de carpintero y de padre joven y fuerte, para no olvidar quién es el verdadero enemigo y que está uno aquí de paso, no para siempre. Sabiendo que uno está de paso, se vive con menos desesperación.


Mi alumno el soldado se ha tatuado en los pectorales una frase que Héctor, el guerrero troyano, pronunció en medio del combate. Estoy seguro de que Héctor lo protege como una valquiria, como un ángel guerrero, como un dios fuerte y amigo de los buenos.



Un alumno mío me ha contado que su cuñado es soldador y que en el brazo derecho tiene tatuado "No me dejes caer en la tentación" y en el izquierdo "y líbrame del mal" y que, cuando le tienta una chica guapa, se mira el derecho y, cuando le entran ganas de darle a alguien un puñetazo, se mira el izquierdo.

 Al lado de esos tatuajes, mi maja desnuda puede esperar. Me la tatuaré en la otra vida, cuando los tobillos no duelan ni se arruguen.

15 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Elegir un buen tatuaje es más difícil de lo que parece.
25 neutonios de tinta china.

lolo dijo...

Creo que muchos de los que se tatúan buscan algo para siempre pero aún no saben qué. Reyvindiko y tu alumno el soldado siempre me han caído bien. Pero Cotta, me parece que tú con los rosarios ortodoxos en el tobillo... no necesitas más.

lolo dijo...
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lolo dijo...
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Varenka dijo...

Como eres! Consigues encontrar lo bueno y bello en todo. Hasta en los tatuajes (bueno... la maja...) y es que con la cruz de San Benito, tan preciosa, y la frase de un guerrero, así, si.

Me he acordado de una tajetita que tuve mucho tiempo en el espejo, por el que cada mañana paso antes de salir de casa, con la frase "Estoy de paso y estoy en deuda".

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, por eso no me lo he hecho. 25 neutonios.

Lolo, eso de que buscan algo y no saben qué, se lo diré a mis alumnos de ahora en adelante. Seguro que se sienten definidos cuando se lo diga. Y esos dos hombres te caerían mejor aún si los conocieras. Un beso.

Varenka, ¡qué buena frase! Ya solo queda añadir "estoy agradecido".

Rosna dijo...

Que difícil elegir un buen tema para hacer un tatoo y buscar un profesional en estos menesteres . Es interesante el tatuaje de la foto . Yo me quedo con el rosario griego si lo encuentro , lo llevaré en mi muñeca izquierda junto a mi mala de 109 cuentas .
Le dedico en mi minuto diario una oración :om

ReyVindiko dijo...

Crux Sancta Sit Mihi Lux
Non Draco Sit Mihi Dux
Vade Retro Satana
Numquam Suade Mihi Vana
Sunt Mala Quae Libas
Ipse Venena Bibas

La Santa Cruz sea mi luz,
no sea el demonio mi guía.
¡Apártate, Satanás!
no sugieras cosas vanas,
maldad es lo que brindas,
bebe tú mismo el veneno.

Lo más gracioso del asunto es que hice que un cura me lo bendijera y no encontraba nada en su "bendicionario" para tatuajes, así que tuvo que usar uno general para medallas.
Y ya que sale cuento un par de cosas en relación con él. Que me lo hice al cumplir los cuarenta con la promesa de no hacer más tontería que esa (nada de motos, gimnasios, rayos uva o implantes de pelo). y que, trabajando en el jardín con mi hija de siete años entonces, me dijo que si yo sabía que los tatuajes se ponían feos con el tiempo y se arrugaban. Le contesté que sí que lo sabía, que por eso me lo hice y que era el significado de "De paso", que (aquí le pregunté si podía hablar de la muerte y me puse un poco barroco, que lo soy) esto es un valle de lágrimas y que todos hemos de morir. Que se arrugara me recordaría la llegada de la Parca y no endiosarme con mi cuerpo. Ella contestó mirando al horizonte: "Es verdad, papá. Desde que recuerdo no ha habido ningún día perfecto".

Cebrián di Fulvio dijo...
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Jesús Cotta Lobato dijo...

Rosna, si le gusta el tatuaje de la foto, lea el comentario siguiente al de usted, donde se habla de él. Y gracias por su minuto de oración. Yo rezaré también por usted.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Reyvindiko, gracias por la traducción. Lo que cuentas de la bendición para tatuajes es una lástima no haberlo sabido yo antes para contarlo. Es un detalle precioso. Y la respuesta de tu hija es prueba de que hay que ser como niños para alcanzar la vida eterna. Un beso, hermano.

Javier Cercas Rueda dijo...

¡Hola Jesús! he dado por casualidad con tu blog desde el de cuadro crítico (o algo así), te seguiré. Un fuerte abrazo. (Yo también hablo de libros en mi página pasenylean)

Jesús Cotta Lobato dijo...

Ah, querido Javier, ¡cuánto tiempo! Siempre fuiste un gran lector, así que no dudaré en visitar tu blog. Ex corde, Jesús Cotta

Anónimo dijo...

Yo pensaba hacerme uno...
Que si los nombres de mis hijas....que si ...florecitas cúrsiles....fechas importantes...
Pero,un día pensé que se tatuaban a los presos, ladrones, convictos,condenados...
Ahora ...que todo me ha cambiado...quizás me ponga uno que diga: "¿Por qué a mi?"
"Y...¿por qué no?".Lna.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lna, ahora que dices lo de los presos y esclavos, me has convencido: no me tatuaré nada. Espero que tú tampoco. Un beso.