Me ha ocurrido varias veces que algunos alumnos que me
dieron la murga en clase luego me saludan con efusión por la calle, pasados los
años. Una vez me encontré a uno de ellos. Seguía siendo tan bruto y noble como
antes, pero más curtido.
-¡Maestro! –me dijo. Y me dio un abrazo.
Estaba trabajando en una empresa que lo tenía ocho horas
diarias metido a no sé cuántos grados bajo cero en una cámara frigorífica. Con
eso le daba para pagarse la moto y el móvil y para poder salir con la novia.
Luego me contó sus muchas peripecias sexuales, hasta que dio con la novia, que
era evangelista y quería llegar virgen al matrimonio, lo que él sobrellevaba
como una cruz pesada, pero con amor.
Por último, me mostró con orgullo sus músculos de gimnasio.
Al verlo tan musculoso, le dije que ya no hacía falta que siguiera haciendo
crecer el músculo, que ya estaba bastante bien y lo animé a no tomar sustancias
peligrosas para la hipertrofia.
-Tranquilo, maestro -me explicó-, aquí tan bruto como usted me ve todavía
tengo dos dedos de frente. Tengo un amigo que con los esteroides se ha puesto
tan cachas, que ya no puede limpiarse el culo pasando la mano por detrás de la
espalda, sino bajándola por debajo de los h.... ¡Tanto músculo para tener que
limpiarse como una vieja!
Y feliz Pascua de Resurrección.
4 comentarios:
Esa novia evangelista seguro que ha colaborado un montón para que tu alumno mantenga sus dedos de frente.
Feliz Pascua de Resurrección, Jesús.
Lolo, sí, esa fue la intención que tuve mientras me hablaba. Ese chico era todo ímpetu: podían haber hecho con él cualquier cosa, es más, él mismo podría haber labrado su propio desastre. Me sentí identificado con él, con esa capacidad tremenda para dejarse embargar por sus propios apetitos y emociones. En medio de todo eso, la novia era su asidero, su faro, la que conseguía que todo ese torrente que él era corriese por un cauce ameno y hermoso. Un beso.
La imagen de ese proceso higiénico me dejará muchas noches sin dormir, que lo sepas.
Un abrazo.
Fernando, si alguna vez tenemosla tentación de tomar esteroides, que no creo que la tengamos jamás, recordaremos esa imagen. Y ahora te envío a unos ángeles para que esa imagen no te quite el sueño. Un abrazo, amigo.
Publicar un comentario