-Oye, Calígula, violar y luego matar está muy requetemal.
-¿Por qué?
-Porque la Idea de Bien debe reflejarse en tus actos –dice Platón.
-Es que yo no creo en las Ideas y al señor Bien no lo he visto por ninguna parte.
-No debes matar –dice Aristóteles en su auxilio- porque la vida es un bien que sólo puede segarse por causa mayor, como defender tu propia vida.
-Es que el mayor bien no es tu vida, sino la voluntad del emperador.
-No debes matar porque todos somos hijos de Dios –dice santo Tomás.
-Que manden a este loco al circo, que se lo coma un león. Sólo el emperador es hijo de los dioses.
-No debes matar porque a ti no te gustaría que te mataran –dice Hume.
-Tampoco me gustaría morir en el circo y sin embargo tengo que darles espectáculos circenses a los romanos.
-No debes matar para no interrumpir el equilibrio universal –dijo un gimnosofista.
-Llevo matando mucho tiempo y al universo le importa un rábano.
-No debes matar porque si matas no podrás dormir tranquilo por las noches –dice un mindundi.
-Es que yo no tengo remordimientos de conciencia. Por ejemplo, te mato y plin, a otra cosa mariposa. Yo sólo creo en la ley del más fuerte. Si alguien es más fuerte que yo y me mata, bravo por él, pero mientras ese llega, seguiré haciendo lo que me salga de las imperiales gónadas.
Esta conversación traía muy preocupado a un filósofo alemán. Se dio cuenta el muy listo de que Calígula no creía en el más allá ni en los dioses ni en el bien ni en la conciencia y entonces se le encendió una luz y le dijo:
-No debes matar porque no debes matar, o sea, porque no, vamos, que no puedes, hala.
En efecto, Calígula no pudo refutar porque Kant no le ofreció ningún argumento. Pero siguió matando.
6 comentarios:
A mi me gusta el Calígula de Campus. A veces la violencia se explica. Un saludo
A mi me gusta el Calígula de Campus. A veces la violencia se explica. Un saludo
Don Epifanio:
Es el lado oscuro del libre albedrío: podemos hacer el bien y el mal.
25 neutonios concienzu2
Menalcas, ahora mismo lo busco a ver quién es. Un saludo.
Don Dyhego, oscuo y luminoso. 25 neutonios anticaligulinos.
Genial, señor Cotta. Le vengo leyendo desde hace tiempo (sus libros, de momento, no- usted perdone-, aunque "A merced de los pájaros" está en la Biblioteca Infanta Elena, así que un día de estos me lo saco y lo leo).
Creo que es usted brillante, a la par que modesto y moderado, hasta el punto de haber suscitado envidias y resentimientos entre algunas personas que le han criticado con más o menos consistencia en sus motivos para hacerlo (criticar a alguien por ser católico y estar en contra del aborto, en principio, no me parece motivo para la hostilidad-yo mismo soy ateo y proabortista-, siempre que se haga desde el respeto y la tolerancia, que son virtudes que, en mi modesta opinión, caracterizan a su discurso, a su ideología y, en suma, a su forma de ser).
Yo también soy profesor, de Lengua, en este caso. Y uno de mis preparadores de oposición fue su amigo Juan Antonio González Romano, de quien hace tiempo no sabemos nada (al menos, yo).
Que sepa usted que un servidor le admira profundamente. Precisamente, uno de mis lemas vitales es el siguiente: "Me encanta aprender de los que saben". Y me consta que usted sabe mucho, y de todo, y que, además, es una buena persona.
Le adjunto mis blogs, por si quiere usted echarles un vistazo.
www.rafaparrasoler.blogspot.com
www.rafaparrasolerpr.blogspot.com.
Este último puede interesarle bastante, ya que se trata de un blog de aforismos que empecé a escribir durante el verano pasado.
El primero es un blog que empezó siendo uno más donde expresar mis opiniones sobre todo lo humano y lo divino (hasta donde alcanzan mis entendederas, claro). Y se ha convertido en "El desorden cotidiano", que es una autobiografía apócrifa formada por capítulos cortitos (a mí me va el género breve, no tengo paciencia ni constancia para prolongaciones excesivas).
Un abrazo de admirador, y disculpe usted la parrafada.
Rafa Parra Soler
Rafa, perdona que no haya contestado antes, pero he estado fuera unos días. Encantado de saludarte y de seguirte y más aún de que me leas a pesar de que no pensamos lo mismo. Dos son amigos no por ser correligionarios, sino por congeniar. Un abrazo.
Publicar un comentario