
Diríase que lo que mueve a la devoción no coincide siempre con lo artístico.
Pero con la Virgen de Guadalupe se rompen todos los esquemas, porque no solo es anónima y mueve más que ninguna a la devoción, sino que además es bellísima. Más que bellísima, es inefable, como si la hubiera pintado un querubín o fuera una instantánea en la pupila del arcángel san Gabriel cuando la Anunciación.
Hoy rindo tributo a la Doncella mestiza de América.
1 comentario:
Don Epifanio:
Hay Vírgenes y Vírgenes, que algunas parecen que han sido esculpidas por el demonio, jajaja.
25 neutonios virginales.
Publicar un comentario