Comentando ayer la opinión que a Sócrates le merece la muerte, explicaba yo a mis alumnos la diferente perspectiva que, debido a nuestra diferencia de edad, ellos y yo tenemos de la muerte. Dibujé una montaña y a ellos los puse subiendo la cuesta sin haber llegado a la cima, la cual les impide ver que, al otro lado de la montaña, donde ya estoy yo, la cuesta abajo conduce al precipicio de la muerte; en esa imagen, ellos van cuesta arriba preguntándose qué maravillas les aguardan en la cima y viven como si nunca fueran a morir, mientras que yo ya he llegado a la cima y he oteado el horizonte y he visto al fondo el abismo y hacia él me encamina la cuesta abajo del tiempo y, si miro de frente, no tengo más remedio que ver el abismo al fondo, a no ser que ande de espaldas o de lado.
Y he aquí que un alumno me dijo:
-Profesor, la muerte está en todas partes, en la cuesta arriba, en la cima y a los lados, en todas partes y en cualquier momento.
Y entonces taché, con toda razón, la maravillosa montaña de la pizarra.
Muchas veces pasa que a uno se le ocurre una idea que se le antoja muy fiel a la realidad no porque lo sea sino solo porque le parece ingeniosa o ilustrativa. La montaña era una de esas ideas más pedagógica que verdadera, porque, desde que tengo memoria, me recuerdo, como ese alumno, muy impresionado con la certeza de que la muerte, como la vida, está en todas partes.
Esta es una de las ventajas de trabajar con adolescentes: la frescura con que miran el mundo.
6 comentarios:
Don Epifanio:
Sí, la mirada juvenil debería acompañarnos siempre.
25 neutonios llanos.
Don Diego, menos mal que el paseo por la montaña lo hago en compañía de gente como usted. 25 neutonios montañeros
Lo mismo carneguea que borreguea.
Si el sujeto de ambos verbos es la Pálida, entonces tiene usted más razón que un santo.
Con todo, la alegoría de la montaña es muy bonita.
Gracias, hermano. Lo que haré será matizarla diciendo que más que reflejar la cercanía de la muerte real respecto a cada uno refleja la perspectiva que tenemos de la vida y la muerte según la edad que tenemos. Un abrazo grande.
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