Llevo recibiendo del cielo durante seis años seguidos un regalo que me está haciendo mucho más llevadera la vida. Digo del cielo y no de la suerte, porque el cielo se sirve de la suerte para llegar a sus propósitos.
Hay varios tipos de regalo: el que deseamos porque lo necesitamos y el que no sabemos que necesitamos.
El segundo es desconcertante, pero mejor. Lo que hoy te parece un castigo puede que mañana se revele como una bendición (por desgracia, al revés también).
Vivimos tan esclavos de la inmediatez y de la fugacidad, que solo nos damos cuenta de eso al final de la vida.
Sin embargo, a veces, en medio del camino recibe uno una inspiración y comprende que lo que creía años perdidos, sufrimientos inútiles no fueron sino un regalo que lo hizo más bueno, más sabio u oportuno para el bien de otros.
Hoy he recibido yo esa revelación. Y mi vida ha dado de pronto un vuelco. Antes me pasaba el día lamentándome e increpando al cielo. Hoy no dejo de dar gracias, gracias, gracias.
2 comentarios:
Don Epifanio:
me alegro mucho por usted.
Esos pensamientos lo hacen a usted mejor persona.
25 neutonios personales.
Don Dyhego, qué alegría me da verlo siempre por aquí. 25 neutonios prenavideños.
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