Al ver mis fotos antiguas, lo increíble no es lo mucho que he cambiado por fuera, sino lo poco que he cambiado por dentro. Pero más increíble me parece lo breve y bello que ha sido todo.
Me siento como una efímera chispa que, escapando de la nada que le antecede, brilla un instante con todo el fogonazo del que le hizo capaz el amor con que la engendraron, para alumbrar el oscuro cosmos que luego va a devorarlo, y en ese breve instante ¡cuánto amor, cuánto deseo, cuánta poesía, cuánta incertidumbre y cuántas estrellas guiándome desde el cielo!
En esta primera entrega creo que tengo cuatro o cinco años. En una estoy serio y en otra me río, porque estoy rodeado de hermanos y en brazos de mi padre.
4 comentarios:
Las fotos de la infancia suelen dar melancolía y añoranza.
Tempvs fvgit, lo llaman...
Parece usted un niño muy bueno y aplicado.
25 neutonios infantiles, don Epifanio.
Qué entrañable y precioso recuerdo.
Dyhego, era más bien revoltoso y saltarín, pero seguro que usted y yo nos habríamos hecho buenos amigos entonces. 25 neutonios intantiles
José María, un placer compartirlo contigo.
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