;Me he dado cuenta de que actúo con mis amigos igual que ellos conmigo: tiendo a absolverlos siempre que me cuentan algo, porque para regañar ya están sus padres o sus esposas. Pero siempre me atormenta la duda: si a un hijo mío le desaconsejo las borracheras, los cuernos, los porros, la venganza, el enchufe, la recomendación, ¿por qué se los consiento a los amigos que me consultan? Es más, ¿por qué a veces les ayudo un poquitín?
¿Será eso un problema: que por amistad no me quedo en las puertas del infierno, sino que a veces meto un pie dentro?
2 comentarios:
Don Epifanio:
¡no creo yo que usted incite a nadie a algo malo!
Escuchar siempre es bueno. Y los consejos, mejor no darlos si no nos lo piden.
¡Usted no podría entrar en el infierno aunque quisiese y se empeñase!
25 neutonios comprensivos.
Don Dyhego, gracias por escucharme. Nos merecemos unas cervezas.
25 neutonios confraternizantes.
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