Unas discriminaciones están muy mal vistas e incluso penadas, y otras, sin embargo, gozan de indulgencia o buena prensa.
Hoy, en Europa, está muy mal visto ridiculizar o rechazar a alguien por ser mujer, negro u homosexual, pero no por ser feo, gordo o viejo; para esos tres casos, la gente no anda pendiente de detectar cualquier comentario ofensivo o acción discriminatoria.
No hay más que ver los comentarios en las redes sociales sobre el físico y los quilos de unos y de otras; o los anuncios publicitarios que ridiculizan o culpan a quien no va al gimnasio o no se opera la nariz o sencillamente come mucho porque le da la real gana; o las ofertas de trabajo donde ese “se exige buena presencia” no significa tanto buenos modales y saber estar como tener buen físico; o la propuesta de algunas compañías de aviones de querer cobrar más a los pasajeros obesos; etc..
¿Por qué es un agravante atacar a alguien por racismo u homofobia, pero no por ser viejo, feo, pijo, pobre o testigo de Jehová?
O se declaran igualmente inmorales todas las discriminaciones o entonces hay que pensar que los que defienden que unas discriminaciones sean agravantes y otras no están buscando crear minorías privilegiadas.
5 comentarios:
Don Epifanio:
en esto de la discriminación, por desgracia, también hay clases. Hay discriminaciones mediáticas y otras que no lo son. Por desgracia.
25 neutonios indiscrimina2.
Reciba usted mi aprecio y mis neutonios, don Dyhego.
Y que no se le ocurra venir con un generoso gen por triplicado
Nacho, por desgracia hay discriminaciones flagrantes y legales que a algunos no los dejan ni siquiera venir a la vida. Reciba usted mi saludo.
Un saludo, maestro.
Publicar un comentario