Por consejo de mi hermano Daniel Cotta y mi amigo Antonio Montes me estoy leyendo La Araucana, de Alonso de Ercilla, un Homero cristiano que trata con igual admiración la valentía de españoles y araucanos. No me extraña que en Chile sea tan querido por los nativos. Nada hay en él del odio ideológico que uno encuentra en libros y películas acerca de nazis, fascistas y comunistas. Hay en él solo amor al hombre y admiración por la valentía, sea del bando que sea.
Las descripciones de la muerte son tan frecuentes como bellas. Esa belleza es la manera que tiene un poeta de homenajear la muerte de un valiente.
Fijaos, por ejemplo, en esta descripción, donde utiliza la imagen de la ancha puerta, el rojo río de sangre que escapa por ella y cómo entra por ella el frío a ocupar el lugar que antes la vida señoreaba.
En la estrofa 38 del canto IV describe así el autor una de las muertes.
...de un golpe Almagro al bárbaro hería,
por donde una ancha puerta abrió a la muerte,
sale de ella de sangre roja un río
y ocupa el desangrado cuerpo el frío.
2 comentarios:
Don Epifanio:
no me la he leído. Lo mismo un día de animo. Tengo tantas cosas por leer.
25 neutonios araucarios.
¡Con que deleite leí yo ese libro!
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