domingo, 19 de mayo de 2019

Resultados de Eurovisión 2019

Los israelíes han montado un festival maravilloso y con unos números estupendos.

Madonna, la pobre, desafinó mucho y se la podían haber ahorrado.

En España habría que hacer como en Italia, donde el ganador del prestigioso festival de San Remo representa al país en Eurovisión y siempre manda unas canciones estupendas.  Los suecos también hacen un superprefestival y les funciona. Eso hay que hacer aquí.

Está claro que a los Cinco Grandes los castigan los demás países porque no pasan la humillación y el trance de exponerse a no ser clasificados cada año, así que España o manda una canción maravillosa o seguirá sin comerse un rosco. Lo mismo les suele pasar a Reino Unido y Alemania.

Miki defendió muy bien la canción, que era muchísimo mejor que las intragables de San Marino (cuyo representante, turco, tuvo el mal gusto de exhibir la bandera turca en la semifinal, en vez de la bandera del país que representaba), Eslovenia, Islandia o Macedonia del Norte. Pero no basta con enviar una buena canción, porque España ni tiene vecinos incondicionales (esta vez ni siquiera nos votaron Portugal o Grecia) ni un prestigio eurovisivo (solo hemos ganado dos veces y hace mucho) ni le favorece formar parte de los Cinco.

Me pareció insufrible ver cómo casi todos los jurados daban altísima puntuación a la muy mediocre canción de Macedonia del Norte como para darle la enhorabuena por su nombre oficial recién estrenado. Yo, sin embargo, seguiré llamando a ese país Skopia, como hacen los griegos. A los griegos la nueva denominación de Macedonia del Norte les repatea, como nos repatearía a nosotros que el norte de Marruecos se llamara Andalucía del Sur o que el sur de Francia se llamara Aragón del Norte.

Aun así, he disfrutado como un enano con las canciones, sobre todo con Suiza, Israel (qué poca puntuación le dieron a una canción tan bien cantada y con emoción), Reino Unido (otro de los Cinco Gandes castigados como España), Suecia y, por supuesto, Grecia y España.

Animo, pues, a organizar un festival preeurovisivo a nivel nacional.

8 comentarios:

Sergio Fernández Salvador dijo...

Uf, Eurovisión. Parece que, salvando el truño que ganó el año pasado, se va imponiendo la canción íntima (S.Sobral, el de este año). Pero que después de aguantar 3 horas de gente poniendo caras y corazoncitos con las manos todo cambie a última hora por el opaco "televoto" (¿Alemania 0 puntos y no sé qué otro 260?) es para mandarlos a la eme. Pero un año después ahí estaremos (si no, malo), viéndolo otra vez. Todo sea por la familia. Sobre el español, me pareció un chisgarabís, y su canción un zurullete sólo superado por el gañán aquel que iba de surfero (Manel algo) y su canción sobre la higiene íntima, Do it for your lover. Dinamarca, Australia y República Checa debieron copar el podio.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Sergio, tienes razón en que la canción de España no era buena, aunque mejor que la de los últimos cinco años. Nuestro nivel no da para mucho. Dinamarca me gustó y en mi casa los checos encantaron. Yo soy eurovisivo desde niño y me temo que me moriré siéndolo a pesar de los televotos, las cursiladas políticamente correctas, las politiquerías... Me parece un escaparate estupendo de lo que es Europa, un concurso de resultados imprevisibles, sin demasiadas normas y donde cada país decide qué imagen quiere dar de sí mismo ante doscientos millones de personas. Esa imagen define mucho al país, a lo que quiere proyectar. Un abrazo grande.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
vi el festival a saltomata. Creo que la puesta en escena fue brillante (bravo por el equipo israelí). La cosa de los televotos es un arcano, si supiésemos qué se cuece, se nos aclararían muchas dudas. Si se busca un poco de objetividad y rigor, no es un sistema justo. Además hay que ser un fan empedernido. Me fijé en la letra pequeña y votar, salvo sorpresas, costaba no menos de 5 euros. Mucho más que cuando se manda un sms para una ayuda solidaria. Pasada, afortunadamente, la época de la cutrez, ahora toca una dedicada a la puesta en escena y a los virguerías técnicas. La voz es ya lo de menos.
Como en todo,habría que preguntarse qvi prodest?
Madonna, patética, deplorable, cursi, perulla, hortera y cutre. Sus desafinos sonrojarían al mismísimo Manel.
25 neutonios eurovisivos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, tiene usted razón en lo del televoto. El comentarista anterior a usted, Sergio, opina igual. Salvador Sobral intenó reconducir el festival hacia la calidad musical, pero sigue gustando mucho a la gente lo grandioso de la escenografía, sobre todo porque la tecnología lo permite.

Seguro que el próximo año enviamos algo mejorcito. 25 neutonios festivaleros

Anónimo dijo...

Respecto a lo que dice de Macedonia del Norte, una cosa es que arbitrariamente Marruecos o Francia (¿o por qué no España?) diesen a territorios suyos un nombre que interfiriera en la Historia de otro país sin venir a cuento, y otra muy distinta el que el territorio hoy llamado así tiene ese nombre desde tiempo de los romanos, que dieron el nombre de Macedonia a una de sus provincias que comprendía, no sé si en todo o en parte, el territorio de la actual Macedonia del Norte. No es una invención más o menos arbitraria de ahora mismo, sino una denominación autorizada por muchos siglos de Historia.
Y conste que a mí el asunto ni me va ni me viene, pero conviene atender a los hechos, incluso si no nos gustan.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Anónimo, hay que atender a los hechos, pero ¿a qué hechos? Usted solo ha atendido a uno de ellos, el que beneficia a Skopia. En estos asuntos es muy difícil ser objetivo. No digo que yo lo sea, pero creo que usted tampoco. Hay otros hechos que no tengo ganas de comentar, en una entrada sobre el festival de Eurovisión; uno de ellos es que en ese nuevo país llaman macedonio a una lengua eslava que no es desde luego la que hablaban los macedonios. Otros hechos los puede usted revisar aquí:https://es.wikipedia.org/wiki/Disputa_sobre_el_nombre_de_Macedonia
Los mejores artículos al respecto están en griego.

Felipe dijo...

Bueno, yo creo que el televoto, introducido no hace muchos años, ha sido una innovación genial que le ha dado mucha vida y emoción al festival. Y también interés, porque, no siendo inferior ni superior en objetividad al otro voto primero, indica bien el televoto lo culturetas que son los jurados televisivos, que en el fondo parece como si quisieran cargarse un festival en el que no creyeran, siempre huyendo de la canción que al vulgo le pueda parecer más bella por facilona. Que se den un tripazo mientras beben su te con el dedo meñique enhiesto, que el festival está hecho para satisfacer el gusto de la gente que siente la música aunque no entienda de ella. No estaría mal que más participantes se animaran a usar sus lenguas nacionales para que no entendiéramos casi ninguna letra. La innovación ha hecho aflorar ciertas clases sociales de este festival que antes estaban ocultas. Las dos mantuvieron muy alto a Italia, pero una parte quería enterrar a Noruega y la otra no se lo permitió. Interesante.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Felipe, otro dato muy interesante que salió a relucir gracias al televoto fue comprobar cómo todos los jurados premiaban incomprensiblemente una canción, para mi gusto, tan mediocre como la de Macedonia del Norte y cómo después el televoto no le daba casi nada.

Al final resulta que me voy a reconciliar con el televoto, el único que votó a España.