lunes, 11 de octubre de 2021

La vida solitaria, de Petrarca

Estaba yo en octavo de EGB cuando el profesor de lengua española, don Marcelino, de quien aprendí el amor a la poesía, nos habló de Petrarca. Y a mí aquel nombre se me quedó grabado para siempre. 

Pero ¿quién me iba a decir a mí que cuarenta años después la editorial Cypress me iba a encargar la traducción de una obra de Petrarca desde el latín?

A veces siento que Petrarca, a través de agentes suyos aquí en el siglo XXI, como José Luis Trullo, ha contactado conmigo para que lo traduzca. Y he acabado siendo amigo suyo y me identifico con todas sus luchas interiores, que son exactamente las mías. En este libro, vibra un Petrarca dividido entre su amor a la soledad y su deber de amor al prójimo; entre su profunda fe en Cristo y su veneración descomunal hacia la Roma pagana que no Lo conocía; entre su amor a la verdad y su respeto a la opinión individual y al derecho a equivocarse; etc.

Para los amantes del humanismo, de la dignidad humana, de la Cristiandad, de Roma, de la independencia individual, de la tradición, de 
la belleza, he aquí a Petrarca traducido al español bastantes siglos después por un servidor.

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
¡es usted todo un maestro renacentista! En el sentido de que toda usted todos los palos. En el sentido de que hace usted bien muchas cosas. Ya tengo el libro encargado y lo leeré en breve.
Me quito el sombrero, ese que usted se pone en los vídeos, ante su maestría y talento.
25 neutonios admirativos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, no es talento; es trabajo. ¡Si a mis cincuenta y pico años no sé traducir latín, sería un delito! 25 neutonios latinistas