domingo, 24 de noviembre de 2024
Jauría
Si cerramos los ojos y pronunciamos en voz alta una palabra y la contemplamos, ¡cuánto poder tiene, de qué modo tan contundente están en ella las cosas que dice! Pensemos por ejemplo en una jauría. Si aíslo la palabra, vemos a los perros en un páramo, aullando, sin dueño, cautivos de sus instintos; y varios quilómetros alrededor peligran todos los niños, todas las palomas. Una palabra es muy poderosa; ladran y muerden en ella todos los perros.
sábado, 16 de noviembre de 2024
El asombro de Adán
Debió escaparse no sé qué centella
de tu dedo al forjarme el espinazo
y un poco más de Ti cuando tu brazo
la modeló de mí la noche aquella.
¿Qué secreto y qué luz pusiste en ella
que me olvido de Ti cuando la abrazo?
¿Qué flores del Edén en su regazo?
¿Qué corzas y qué bálsamo y qué estrella?
¿Qué ánfora de vino deleitoso,
qué derroche fluvial, qué especia extraña
vertiste generoso y a raudales?
Ni siquiera en Caná, cuando dichoso
me emborraché contigo, ni en Betania,
me diste tantos árboles frutales.
(A MERCED DE LOS PÁJAROS, Jesús Cotta)
viernes, 15 de noviembre de 2024
Mirto y arrayán
- Si las pongo sobre la mesa, mis piernas son patas; mirto y arrayán son la misma especie, pero mirto nos remonta a Safo y arrayán a Almutamid; uno se pone de rodillas para fregar, pero de hinojos para orar. Las palabras bien traídas contienen más verdad sobre los hechos que los hechos mismos.
sábado, 9 de noviembre de 2024
Canción tonta
¡Qué baño de luz en las tinieblas es esta aparentemente tonta CANCIÓN TONTA de nuestro malhadado Federico!
Mamá,
yo quiero ser de plata.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá,
yo quiero ser de agua.
Hijo,
tendrás mucho frío.
Mamá,
bórdame en tu almohada.
¡Eso sí!
¡Ahora mismo!
¿No nos está diciendo, entre otras muchas cosas, que de todas las dádivas que se le pueden dar a un niño, para alejarlo de la muerte, la única definitiva y digna de él es el amor? Hay poemas que son como un disco de Festos: sólo existe el minicírculo del poema mientras lo leemos; y otros son como el Amazonas, con una desembocadura que no cabe en verso alguno. Este poemita de Federico tiene la virtud de ser ambas cosas. Tiene la insistencia de un rosario: mamá, mamá, mamá; pero también la discreción de un pajarito en el alféizar. La intimidad de una escena casera y la universalidad de un sentimiento primordial. Y todo eso sólo en seis versos de arte menor.
Ruega por nosotros, Federico.
viernes, 1 de noviembre de 2024
A MERCED DE LOS PÁJAROS
Hoy rescato un soneto de mi primer libro de poesía.
AL SALIR DEL TRABAJO
Ahora que anochece y las palmeras
te invitan a un paseo en compañía
y los pájaros cantan todavía
como quieres que canten cuando mueras;
recuerdas unos ojos, cuando eras
lucero en sus pupilas y lucías
y la esperabas al caer el día.
Ahora, sin embargo, nada esperas.
Y finges estar vivo y tener prisa
y nadie te conoce cuando pasas
por las calles buscando una sonrisa.
Esta noche el dolor será tu cena
y has cerrado la puerta de tu casa
para quedarte a solas con tu pena.
(A merced de los pájaros, Jesús Cotta)
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