No estamos a gusto con nosotros mismos, porque exigimos la perfección de los cuerpos. Cada vez cuesta más dinero, tiempo y dolor parecer bello y atractivo. No está al alcance de cualquiera. El supuesto culto al cuerpo en la época actual no es en realidad culto al cuerpo, sino obsesión por la perfección imposible en el cuerpo, o sea, despreciar los cuerpos reales, porque los cuerpos no pueden ser perennemente juveniles y sanos, sino cambiantes y variables. Se ha impuesto la cultura de la momia embalsamada, flaca e incorruptible. Los cuerpos tienen que dar la sensación de que no comen, no cagan, no sudan, no tienen arrugas ni eccemas ni vello ni se descuelgan. Deben ser estatuas griegas, perfectas, en perpetuo olor de santidad y, con tal de conseguirlo, la gente no duda en ir contra la vida, contra el tiempo, contra su salud, contra su dinero, contra su placer, no duda en operarse, quitarse órganos, ponerse prótesis que luego no se podrán comer los gusanos. Eso no es vivir, sino odiar lo vivo, momificarse en vida, vivir como si la muerte no estuviera a la muerte de la esquina. Pero ese vivir de espaldas a la muerte es en realidad vivir para la muerte, vivir con desesperación antes de que la nada definitiva nos engulla. Aspirar al cuerpo perfecto es negar la vida, el cambio, la variedad y la ley de la gravedad.
14 comentarios:
Don EPIFANIO:
Hoy habla usted desde el punto de vista más extremo, el de esa tiparraca que se hizo famosa por follar con ese tiparraco torero al que le lenzaban sujetadores.
Pero todos queremos un cuerpo mejor porque nos gusta ser y que nos vean atractivos: nos afeitamos, nos lavamos los dientes, corregimos nuestra dentadura, nos quitamos los pellillos que sobresalen de las orejas o de las napias, nos ponemos calzoncillos que marquen pakete y utilizamos todo tipo de tretas para resultar apetecibles. ¿O NO?
Tampoco hay que obsesionarse y, al final, hay que aceptar que nuestro cuerpo es el que es. (Yo no lo acepto, por eso me niego a salir en fotos y demás. Tampoco pienso operarme).
Eso sí, tengo hecha una apuesta con un amigo y consiste en ver quién de los dos es portada en la revista esa de tíos musculosos que se llama Health men o algo así, jejejejeje.
1 neutonio varonil, fibroso, atractivo y sin momificar, jejeje.
El anterior comentario es mío. Ocurre que le escribo a usted desde la sala de profesores, aprovechando un hueco y hay gente que, por despiste, se dejan abierta su cuenta de gmail, con lo cual, ya me ha pasado varias, veces, accedo desde esa cuenta.
¡Y mira que lo he dicho varias veces! Y porque yo soy muy, muy horado y nada nada fisgón, si no, me metería en los correos de los compañeros despistados y me enteraría de todo, todo y todo.
Un neutonio de parte del Diego
los hombres de verdad sudan trabajando...
como Gary Cooper...
qué es esa mariconada de pedalear en un gimnasio...
Los extremismos suelen conducir a contrasntidos como este que planteas hoy. Tú sabes que yo soy de gimnasio moderado, dos o tres veces por semana. Mi propia trayectoria vital me ha hecho llegar hasta ahí, porque cuando superé el centenar de kilos, mi calidad de vida se resintió. La cuestión es encontrar el justo punto en el que uno se encuentre a gusto consigo mismo, sin obsesionarse con lo que algunos consideren el ideal de perfección. Porque si la perfección no existe, intentar alcanzarla es buscar una meta imposible, y eso siempre provoca frustración.
Como siempre, muy acertado, don Jesús. Un abrazo.
Jesús, apenas puedo leer tu comentario. Las palabras son de tamaño muy pero que muy pequeño para que mis ojos cansados puedan leerlas.
Realizando un pequeño esfuerzo, al cabo de unas horas he termidado de leer tu entrada.
Coincidimos.
Un abrazo de angelote.
La imperfección es vida.
Estamos hecho a mano.
Tecla Ctrl y ruedecita del ratón. No es un método agresivo, y se ve más grande el texto.
Gracias lolo, pero ni siguiendo tu recomendación logra aumentar el tamaño del texto.
Ps: no hay lugar para realizar comentarios jugosos sobre el tamaño.
Un abrazo
Qué buena entrada. Hoy hasta la palabra envejecer está proscrita, hay terror siquiera a utilizarla, todo son rodeos. Yo creo que uno se puede cuidar, sobre todo por dentro (lo de fuera es más fácil, me parece, aunque hay que hacerlo, machacamos el cuerpo y así se llega a veces a mayor, hecho cisco) y prepararse porque por encima de los 40 pasamos casi 40 años, la mitad de nuestra vida. Y de los 50, unos 30,hagan cuentas señores.
Pero claro, es más fácil la negación cerrando los ojos a una realidad y el pretender ser jóvenes eternamente y otras huidas varias. Yo creo que nos dedicamos a lo externo cuando no nos sentimos queridos lo suficiente. No sé, es una idea.
Querido Jesús. efectivamente es tal y como lo describes. En esto, No tengo sino que estar completamente de acuerdo contigo.
Un abrazo. Yé
Pues sí, profesor, tiene usted toda la razón y veo muy bien que se muscule usted para salir en Health (avíseme para verlo por fin en la foto). Yo hago todo eso que usted dice, pero, como usted, por ahora me niego a operarme y ponerme prótesis. En cuanto a la musculación, me lo pensaré. Un neutonio musculosillo.
Dyhego, ya decía yo que ese comentario tenía cierto aire neutónico. Hace usted muy bien en no fisgar. Eso a usted lo honra. Hala, otro neutonio.
Máster, coincido con tu reflexión: si uno se siente querido y apreciado, no necesita demostrarse a sí mismo lo bellísimo que es y lo buenísimo que está. Si lo necesita, es que además de ser querido es un creído.
Yé, eso está bien. Sería terrible que, con lo bien que nos llevamos, estuviéramos en desacuerdo en todo. Un abrazo.
Jesús estoy totalmente de acuerdo en lo que dices, lo has plasmado.
Digo lo mismo de siempre, lo de dentro es lo que vale todo lo demás es perder el tiempo engañàndonos y es graciosa la cosa pero aunque lo sepamos seguimos perdiéndolo.
un saludo mu apretao
Africanito, es tan fuerte la presión que se nos hace para que nos gastemos el dinero y la salud en la belleza física, que, como tú dices, que acabamos creyendo que sólo ella es lo importante. Un abrazo muy fuerte y a ver si nos vemos.
Pues a mi no me importa que una mujer se ponga en forma, se le pongan las carnes prietas, se ponga afeites y mejunjes, claro que si lo hace por mi. Pero las mujeres quieren gustar a otras mujeres y los de musculitos medicamentosos a otros hombres.
Despues de echar sesenta horas semanales no me voy a ir a levantar "jierros" y a mirarme a en un espejo, tengo que dar la talla en la mesa y en la cama y eso requiere cada dia más tiempo.
No si al final:
¡Me jiedin los hombris
que son medio jembras!
Cien vecis te ije
que no se lo dieras,
que al chinquín lo jacían marica
las gentis aquellas.
Carpe Diem que el bálsamo de fierabrás es un camelo.
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