sábado, 6 de abril de 2013

Consejo para escritores jóvenes: más verbos que sustantivos

Hay un vicio muy frecuente en ensayistas de poco estilo y escritores técnicos consistente en preferir la expresión nominal a la verbal, como si decir, por ejemplo, “La utilización de conceptualizaciones propias de la escuela marxista en el programa político de nuestro partido no implica la admisión de postulados marxistas en el partido” fuera más científico que decir simple y llanamente, como pide la preferencia del español por lo verbal, “En el partido utilizamos a veces términos marxistas, pero eso no significa que lo seamos”. 

Ese lenguaje nominal sin acción alguna refleja una mente poco dinámica que cree que lo serio y lo científico es hacer equivalencias o jerarquías entre conceptos expresados con sustantivos abstractos, cuando lo elegante, lo estilístico y lo real consiste más bien en lo contrario: en que los conceptos parezcan en el papel tan vivos como en la realidad las cosas que ellos representan.

Para conseguir eso nada mejor que poner el verbo, la acción, en el centro de la frase disponiendo y gobernando con manos de malabarista.

La expresión verbal está viva como el mundo y tiene más que decir que un nombre. El nombre de Dios, con ser el más grande, es poco para Él y por eso no se debía pronunciar. Es mejor referirse a Él mediante lo que hace.

4 comentarios:

Álvaro Bernal Quevedo dijo...


Interesante reflexión Jesús. Un saludo.

Juan Carlos Téllez Gracia dijo...

(Es) Muy interesante. Gracias por (ofrecernos) esta lección.

Salud.

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
El abuso de la sustantivación está haciendo estragos.
Interesante reflexión.
25 neutonios.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me alegro de que te interese, Álvaro.

Gracias a ti, Clochard.

Dyhego, sí, está haciendo "estratagación". 25 neutonios verbales y conjugables.