martes, 23 de abril de 2013

Prueba de fuego para un reciente ex fumador

He dejado tres veces de fumar y las tres veces acabé recayendo en noches de alcohol y poesía. El alcohol hace que todo pierda su importancia y uno acaba pensando que no pasa nada por fumarse un pitillo. Y la poesía siempre la he asociado al pitillo, sobre todo si es con colegas de musa.

Yo me lo paso bomba con mis amigos poetas. Pero para un exfumador reciente ellos son ahora lo peor. Llevo fumando con ellos de noche y con alcohol desde que los conozco. Es para mí uno de los momentos más felices: coronar un poema con un pitillo. En el cielo habrá, estoy seguro, una tertulia de poetas donde podré fumar veinte cajetillas en totá, como dice Eresmicruz, en compañía de mis amigos poetas y de noche, bajo la luna. 

Y no sé qué demonios hacer:

a) No ir para no caer en la tentación
b) Ir para superar la tentación
c) Pedirles, antes de asistir, que aunque les suplique un pitillo no me lo den
d) Fumarme un pitillo con ellos. Tampoco es tan grave.

De todos modos, aunque parezca por esta entrada que estoy lampando por fumar, la verdad es que estoy la mar de contento. En otra entrada os diré por qué.

7 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
Si no va usted con sus amigos se arrepentirá
Cuando usted eran joven [más jóven, :)] y aún no fumaba, ¿acaso no era ya usted poeta y no disfrutaba de la poesía?
Con curiosidad morbosa espero esa entrada que usted anuncia.
25 neutonios.

lolo dijo...

Creo que acertarías si hicieras b) y c). Porque de lo contrario no podrás escribir poesía, ni beber, ni estar con tus amigos. Y eso que iba a ser malo de verdad.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Dyhego, ese pensamiento me lo hago yo a veces. Me acordaré de usted el jueves, mientras converso con ellos sin fumar. 25 neutonios juveniles.

Lolo, creo que optaré por b, sin decirles nada.

Enrique Barrero dijo...

La b), sin duda, Jesús.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Enrique, intentaré la b. Ya estoy preparado.

AMPARO dijo...

Hola Jesús, leo con interés tus esfuerzos para dejar el tabaco. Todas esas consignas que le dices a tu cerebro para no volver a caer son muy efectivas. Creo que todos estamos deseando saber si fuiste a tu reunión poética y pudiste soportarlo. Te diré que desde el punto de vista médico la adicción tabáquica es una de las más fuertes que existen, por eso cuesta mucho dejarlo, no porque tú seas débil y cada día que pasas sin fumar eres un poco más fuerte. Esto es como correr una maratón, debes aguantar desde el primer kilómetro hasta el último y pasar la meta con increible esfuerzo pero sin desfallecer en todo el recorrido. Afortunadamente yo veo en mi consulta todos los días a muchísimas personas que dejan el tabaco y están muy satisfechas consigo mismas por haberlo conseguido. Esto es una lucha contigo mismo, pero debes pensar esto: si hoy una persona te diera una pistola y te dijera: dispárate en la sien, tú le espetarías: ¡estás loco! y, sin embargo, todos los que fuman están matando un poquito cada día esa maravillosa máquina que nos entregan al nacer y que tenemos el deber de cuidar. Es totalmente cierto que el tabaquismo es responsable de un gran cantidad de enfermedades graves, muy graves y gravísimas. Tú, sin fumar, estás dándote años de vida ¿hay alguna otra razón mejor para no fumar?

Mucho ánimo. Estoy segura que ganarás en la lucha.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Amparo, muchas gracias por tu consejo. Lo guardo en mi archivo de CONSEJOS QUE HAY QUE VISITAR EN MOMENTOS DE CRISIS. En la entrada de hoy cuento qué pasó ayer. Y es precisamente el argumento que citas el que me empujó a dejar el tabaco: el deber de cuidar el cuerpo que me regalaron. Muchas gracias de nuevo.