lunes, 3 de diciembre de 2012

Método cartesiano para deja de fumar

Según René, estoy compuesto de una res cogitans o sustancia pensante y de una res extensa, o sea, el cuerpecillo serrano que me ha regalado la res infinita, o sea, Dios.

El cuerpecillo es para René una máquina, pero yo no soy la máquina, sino un pensamiento que utiliza una máquina que no soy yo.

Cuando fumo, ¿quién fuma: el pensamiento o la máquina? La máquina, pero por orden del pensamiento. ¿Y por qué da el pensamiento a la máquina tal orden? Porque la máquina es adicta a la nicotina. ¿Y voy a permitir que la máquina mande sobre el pensamiento, es decir, que lo que no soy yo mande sobre lo que sí soy yo?

¡Esto es terrible!

Ya sé qué haré. Hablaré con la máquina. Le diré: "¿No te das cuenta, insensata, de que cada vez que me pides la nicotina estás matándote? Yo, el pensamiento, soy inmortal, pero tú no. Tú tienes que cuidarte, muchacha, que ya tienes taypico años".

5 comentarios:

lolo dijo...

Ya. Pero mi máquina de tan extensa no escucha, la pobre.

reyvindiko dijo...

Eso, eso, hablemos a la máquina, a ver si crece como las plantas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Lolo, eso es la malo de la res extensa: que solo hacen caso de lo que les interesa.

Reyvindiko, creo que el método ese no funciona. La mía no ha crecido por más que le hablo.

Javier dijo...

Supongo que debería probarlo, porque ya no sé cómo dejarlo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Javier, me temo que este método no funciona, al menos conmigo. Mientras lo dejes o no, fuma poco. Eso estoy haciendo yo.