Los que me acompañaban me dijeron que, al decirle que se tomara un café a mi salud, acaso se había sentido tratado como un pordiosero y que por eso me había lanzado esa mirada. Ojalá fuera eso. Pero yo recuerdo perfectamente haber hecho esfuerzos para que mis palabras no resultaran hirientes, sino agradables. Mi mensaje era: «Hay algo más importante que las diferencias ideológicas que nos separan: tú y yo».
Más bien creo que, si me miró mal, fue no solo por sentirse tratado como un mendigo y por no haber podido vender ni un solo ejemplar en aquel bar, sino sobre todo por la frescura con que le dije que no estaba de acuerdo con su ideología política, cosa a la que creo que no estaba acostumbrado.
Me da por pensar que es de esas personas que se hace solo amiga de otra si vota al mismo partido. Un aburrimiento. En época de paz, esas personas se contentan con mirarte mal o retirarte la palabra. En época de guerra, puede que te señalen con un dedo que es como una pistola para que te fusilen en la tapia del cementerio y, encima, creen haber cumplido con un deber.
Eso es lo malo de la ideología: que convierte en subhumano al que no está de acuerdo con ella.
10 comentarios:
Una definción, larga pero certera, de sectarismo. Mal camino traemos...
Saludos
Don Epifanio:
Cuanto más tenaz es uno al defender su ideología, más intransigente se vuelve el otro con la suya.
Lo ideal sería poner en primer lugar a la persona y después su ideología.
En general, nos cuesta llevar a cabo esta actitud.
Pasa algo parecido con la hoja de firmas que nos presentan todos los días. Si no estoy de acuerdo totalmente con lo expuesto, no firmo. A veces lo entienden y a veces no, pero ya no es problema mío ("mi" problema, dirían los más "moernos" en lenguaje superactual).
25 neutonios supreideológicos.
Tato, el sectario es un hincha de su idea que no se contenta con considerar que estamos equivocados, sino que además considera que somos malos. Esta definición es más corta. Un abrazo, amigo.
Dyhego, yo sé, aunque no siempre lo consigo, que en las discusiones es mejor exponer en un tono de voz sosegado que imponer a gritos, pero con los hinchas no sirve de nada ningún sistema. POr cierto, es usted de los pocos que sabe que lo que siempre se ha dicho en español es "problema mío". Olé por usted.
Hasta donde hay que llegar en no firmar y por lo tanto en que no nos firmen?, es la mejor forma de nunca tengamos acuerdos en nada y así nos va. Cuando nuestra ideología es la buena para nosotros y no sabemos o no queremos aceptar otra, la solidaridad se resquebraja. un saludo
Menalcas, hay que aceptar a las personas, no a las ideologías. Además, creo que una cosa es tener opiniones políticas sobre asuntos concretos y otra distinta es tener una ideología, que es más bien una visión cerrada y completa del Todo y que arroja un tabú contra todas aquellas ideas que la contradicen. Un abrazo y encantado de saludarte.
Dos cosas: De mayor quiero ser como tú. Me chifla tu blog.
Varenka, esas dos cosas son dos piropos que voy a enmarcar en mi cuarto para cuando me desanime. ¡Muchas gracias! Me voy al curro en bici y lanzaré varios vivas a tu favor.
Su poema, publicado por EG-M en su blog, es excelente y recio. Coincido con usted.
Mis saludos.
Retablo, gracias por esos dos adjetivos. Los considero más que un elogio.
Y además me encanta que usted coincida conmigo en esta entrada. Con la gente que me cae bien me gusta especialmente coincidir en las actitudes. Un abrazo.
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