Siempre que voy a la playa o al gimnasio, me sorprendo de la cantidad de tatuajes feístas que hay: serpientes, dragones, esqueletos, rostros deformes, vampiros... Muchas veces están en cuerpos bonitos y creo que ese contraste es buscado.
También los hay bonitos, claro. Pero hoy no voy a hablar de la belleza, sino de esta nueva enfermedad que se llama feísmo.
¿Por qué regodearse en lo feo?
Lo digo más extensamente aquí.
6 comentarios:
Don Epifanio:
¡Somos tan complicados! Buscar una explicación a ese feísmo es harto enrevesado.
1. ¿Quizás nos delectamos en lo feo porque no podemos emular lo bello?
2. ¿Cuánto hay de esnobismo, de pose, de llamada de atención?
3. ¿Es una proyección de nuestros miedos atávicos e inconfesables?
4. ¿Una forma de darle la vuelta a la realidad?
Pese a todo, los feos son desechados. ¿Hay alguna fea en la barra de un bar? ¿Hay algún feo en una serie de televisión?
Buscamos lo diferente y lo llamativo.
25 neutonios hermosos.
Don Dyhego, todas las explicaciones que usted ha dado me parecen de lo mas sugerentes y reveladoras. Creo que algo de todo eso hay. Siempre me sorprende usted.
Yo creo que el planteamiento que aquí se hace es un poco simplista. Parecería decirse que hay un culto a lo "feo", confundido con lo "listo" (que no con lo sabio), y que semejante cosa es de ahora. Pero no veo yo que el "Saturno devorando a sus hijos", "Los fusilamientos del 3 de Mayo" o muchas otras cosas en Goya estén allí por lo bonitas que son. No creo que los bufones de Velázquez estén allí por guapos (ni por feos, por cierto). El tema daría para mucho; pero aquí me parece abordado de manera un tanto superficial y apresurada.
Eso creo yo, que es asunto un poco más complejo de lo que aquí aparece. En cambio, la "honda" que también, podría simplificarse: puede pasar sin la hache. Pero sí, ya hablando en serio: hay un gusto de lo feo o agresivo por moda. Para mí, es una forma de hacer visible la protesta adolescente. Y hablo de "la" protesta porque es la de siempre, la biológica, la que es etapa inevitable en la conquista de la propia autonomía. Nada preocupante, a mi parecer.
Anónimo, si me lo permite, conservo su comentario, pero borraré el mío porque me duele la vista de ver la falta de ortografía que he cometido.
No digo que sea preocupante, pero sí que es fea esa moda.
Sólo leo ahora tu respuesta. Pido perdón por la broma, y desde luego no había motivo para borrar tu respuesta: la errata es enfermedad profesional de quien escribe. Con esa peculiar y acerada ironía que se gastaba, Borges llegó a decir de algún poema de Herrera y Reissig, que obviamente no le gustaba, que "todas las palabras parecen erratas". No es el caso.
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