-Tengo mucha suerte con mi marido. Me ayuda mucho en casa -dice una mujer.
Y un compañero de trabajo le dice:
-Fíjate que has dicho "Me ayuda", como si las tareas del hogar fuesen naturalmente tuyas y él te hiciese la gracia de ayudarte. Pero no es así. Las tareas del hogar son cosa de dos, no de uno solo y de otro que le ayuda.
La mujer se quedó callada y un poco triste y la conversación tiró por otros derroteros.
Me pareció aquel comentario un poco aguafiestas. Con lo contenta que estaba ella de tener un buen marido y va ese hombre y le chafa la alegría diciéndole que ella es una explotada a la que el macho dominante de la casa tiene contenta echándole una manilla sin implicarse del todo.
Ese compañero de trabajo tiene muy claro qué es la justicia, el reparto de horarios, la igualdad entre sexos, pero no tanto qué es el amor, la intimidad, su alegría, la manera particular y cariñosa que un hombre y una mujer tienen de entenderse y favorecerse mutuamente
Así que, en un aparte, le dije a aquella compañera:
-No dejes que te amarguen la vida. Tienes mucha suerte con tu marido.
¿Qué le habríais dicho vosotros?
Y aquí en Documenta Mínima el autor ha destacado los siguientes cometas de mi Cometario.
7 comentarios:
Don Epifanio:
El asunto que propone usted se puede ver desde dos puntos de vista:
Uno: Si nos atenemos a la palabra "ayuda", ese compañero de trabajo tiene toda la razón. Las tareas de la casa son una jodienda, se miren como se miren, y hay que hacerlas. Así que, hay que repartirse el trabajo.
Dos:Aquí caben todos los casos posibles:
Dos 1: él trabaja y ella no: lo lógico es que ella se ocupe de las cosas del hogar, lo que no impide que él haga también todo lo que pueda.
Dos 2: Ella trabaja y él no: idem.
Dos 3: ninguno de los dos trabaja: las tareas se comparte y no hay más que hablar.
Dos 4: los dos trabajan: idem.
Dos 5: los dos trabajan y tienen buen sueldo: contratan a alguien para que lo haga todo.
Dos 6: los dos son ricos: idem.
En cuanto a su apostilla: no estoy de acuerdo. Ese señor también sabe lo que es el amor, etcétera. Además, ¿por qué mezclar las tareas del hogar con el amor y el cariño?
Cuando sale el tema, yo les digo a las alumnas que ellas tienen que dejar bien claro que son: novia, pareja, compañera, lo que sea, pero criada no. A las criadas, con todo el respeto del mundo, se les da un sueldo y se las trata con educación.
25 neutonios caseros.
Don Dyhego, me ha dejado usted sin palabras. Le pido prestado el consejo que les da usted a sus alumnos. Reciba mis cordiales neutonios.
Me sumo a las felicitaciones a Dyhego. No puedo estar más de acuerdo con lo que dice. Soy anónimo, no anónima, pero como si lo fuese: daría lo mismo.
Por cierto, acabo de leer la muestra que se enlaza del "Cometario", que me ha gustado de veras, pero me permitiría una reflexión. El "cometa" que dice "En las malas novelas cabe todo, pero todo sobra, y en las buenas también cabe todo, pero todo encaja", ¿no podría decir simplemente "En las malas novelas cabe todo, pero todo sobra, y en las buenas también, pero todo encaja"?
A.Nónimo, tiene usted razón. Tanto tiempo intentando reducir el número de palabras y aumentar el número de ideas en mis aforismos y usted, en menos que canta un gallo, lo hace divinamente. Muchas gracias.
Nos han inoculado la idea del "reparto de tareas". Cuando la realidad es que cualquiera agradece una mano en lo que esté haciendo: fregar, limpiar, comprar, educar, repasar deberes, rezar, ir al banco, llamar a la compañía de gas, del teléfono, cambiar las ruedas del coche, recoger a los niños, esperar a que vuelvan, pelar patatas, poner el desayuno... Las "tareas del hogar" son tareas de casa, de familia, y por eso hacen falta dos personas multidisciplinares, con la máxima disposición y la mínima intención de contabilidad. Así lo veo yo.
Lolo, eso que dice usted es el complemento que perfeccionaría el comentario de Dyhego. Ese concepto de "contabilidad" tan bien traído por usted es lo que estropea las supuestas buenas intenciones de esta manía de repartir a partes iguales. Es lo que yo intenté explicarle a esa mujer y no supe. Tenía que haberle dicho que en las tareas del hogar, como en todo, lo importante no es tanto el tiempo que cada uno le dedica, sino el amor que uno da y recibe. Gracias.
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