lunes, 13 de febrero de 2017

Niños de Papúa cantando a Dios y un negro albino

¿No es conmovedor lo natural de la reverencia que muestran estos cantantes ante lo sagrado? Me gusta la manera que tienen de aplaudir, con las manos un poco más abajo que nosotros y alternando una palma con la otra; me gusta que la letra no vaya de lo que Jesús (Keliso) puede hacer por mí, sino lo que yo puedo hacer por él. Eso es algo más grande incluso que la religión. Y lo que más me gusta es ese fervor sin afectación ni hipocresía, esa naturalidad de lo religioso que en Europa se está perdiendo. ¿En qué lugar de Europa se va a poner a cantar a Dios todo un poblado? En Europa, desde luego, estamos mucho más atrasados que en este rincón de África o Papúa Nueva Guinea (que no lo sé muy bien).

Se da además la curiosidad de que uno de los guitarristas es un negro albino. Aunque he leído mil veces acerca de la mala suerte de nacer albino en África, este parece feliz e importante allí. ¡Con qué entusiasmo él, como los otros guitarristas, se esfuerzan por guiar el canto!

No sé qué tiene este vídeo que me llena de paz y quiero compartirlo con vosotros.


2 comentarios:

Dyhego dijo...

Es una melodía muy simpática, don Epifanio.
25 neutonios cantariles.

Jesús Cotta Lobato dijo...

A mí el que más simpático me cae es el albino que toca la guitarra. 25 neutonios guineanos