lunes, 5 de marzo de 2018

Paz interior

Vive solo. Está cachas. Solo come atún y arroz. Vive para mantener esa musculatura. Le encanta lucirla en la playa. Está acomplejado porque piensa que la tiene muy chica y por una cicatriz que le afea los impresionantes pectorales. Gana un buen sueldo y me ha dicho que no es feliz.

Entre copa y copa (y todo en un inglés chapurreado), este ha sido mi consejo: "No busques la felicidad, sino la paz y, para la paz, es importante, después de las pesas, encender una vela y hablar con Dios diez minutos para darle y pedirle gracias; si crees que no existe Dios, cierra los ojos igualmente y llénate de gratitud y amor por cuanto te rodea, y hazte el firme propósito de evitar el dolor a tu alrededor. Mira, en fin, la maravilla que hay dentro de ti para salir un poco de ti y volcarte un poco más en los demás".

Qué bien me salió el consejo y qué poco me lo aplico.

5 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Epifanio:
¡nadie está contento ni con su físico ni con su interior!
El otro día publicaba El País una noticia según la cual un científico de no sé qué afirmaba que está comprobado que la felicidad se aprende. ¡No sé yo!
En ello estamos.
25 neutonios saludables.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Don Diego, tendría yo que leer el artículo, pero creo que algo sí que se aprende, eso sí,no sé si a ser feliz o a tener expectativas realistas. 25 neutonios pacíficos

Dyhego dijo...

Don Epifanio:

leí sólo el titular. Por si le interesa, aquí está el enlace: http://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/se-puede-aprender-a-ser-feliz-tal-ben-shahar/

Soy un poco escéptico, la verdad.

25 neutonios.

Nyx dijo...

Le dio un buen consejo, y no creo yo que no se lo aplique a usted mismo, pero es que ya se sabe que, a pesar de que hagamos, nunca es suficiente, sobre todo en este aspecto: nunca se hace la suficiente oración o meditación, nunca mostramos la suficiente gratitud a Dios o a la vida por nuestras bendiciones. Tal vez en eso se cifre nuestra falta de felicidad y, más importante aún, en eso estoy de acuerdo con usted, nuestra falta de paz. La buena noticia es que ni la oración ni la meditación son metas, sino caminos, y siempre se puede reemprender el camino y si hoy no se puede, hacer unos cuantos metros más mañana.
Yo no leí el artículo que ha posteado Dyhego aunque vi el titular. Hace tiempo que desconfío de todas estas publicaciones de autoayuda que más bien parecen recetarios. No creo en recetas para la felicidad, la felicidad no es un potaje, no se puede conseguir reuniendo unos determinados ingredientes.Además, creo que está sobrevalorada: se nos empuja constantemente a correr tras ella, y se vuelve tan lejana e inalcanzable como el horizonte.
Se dice en mi familia que la felicidad es saberse conformar. Yo sustituiría felicidad por paz, como usted propone, pero estoy bastante de acuerdo con la frase: no se trata de resignación, pero sí de valorar lo que se tiene y sentir agradecimiento por ello.
Saludos.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Nyx, estoy de acuerdo con todo lo que usted dice, y tenga por seguro que hay mucha sabiduría en su familia si esa frase es uno de sus lemas. A mí, como hijo de mi tiempo que soy, me ha costado mucho darme cuenta de que la felicidad no debe ser mi meta. De hecho, Cristo mismo no prometía la felicidad, sino la paz. Un saludo.